La derrota con Sam Querrey en la primera ronda del Abierto de los Estados Unidos volvió a traerle grandes dolores de cabeza al actual número cuarenta y tres del mundo. El nacido en Niza, campeón en dos ocasiones en el Moselle Open (2010 y 2013), es un jugador muy regular que se destaca por su inmenso poderío desde el fondo de la pista. No obstante, esas cualidades no las ha podido plasmar en todo el 2017 sin poder avanzar, ni siquiera, a una cuarta ronda. Una situación poco habitual para las pretensiones del francés de treinta y dos años.
El sacrificio y las ganas siguen vigente, sin embargo, en el ex número seis del planeta. Exponiendo un gran repertorio y hasta apabullando a un rival que prometía presentarle una complicada batalla, Simón solo necesitó de una hora y dieciséis minutos para despejar dudas y para retomar un nivel exquisito de tenis que lo llena de ilusión de cara al resto de lo que queda del torneo Moselle Open, en el cual defiende los puntos de semifinales (cayó con Thiem en 2016). Tras un primer set bastante equilibrado pero que ya se evidenciaban notorias diferencias entre uno y otro, el francés aplastó al italiano en la segunda manga y se quedó con el compromiso por 6-3 y 6-0.
Una oportunidad de quiebre desaprovechada en el segundo juego del partido por parte de Simón le marcaba la cancha a un Seppi que notó desde el inicio serias dificultades para soportar los peloteos y aguantar la intensidad de los golpes de su rival. El italiano comprendió, rápidamente, que debería lidiar con una jornada muy delicada y que si no imponía un buen tenis, se quedaría fuera del certamen francés. Y con el correr de los minutos, la situación se le fue agraviando hasta quedar eliminado sin ofrecer demasiada resistencia.
El francés y un partido casi perfecto
Simón golpeó primero y tomó el saque de su adversario. Sin embargo, Seppi reaccionó inmediatamente y aprovechando una serie de desconexiones del francés, igualó el encuentro en tres, dejándole en blanco el servicio. El juego profundo desde el fondo de la cancha y las buenas aperturas generadas con su drive, no estuvieron acompañadas por un buen servicio: a raíz de ello, Simón reflejaba una superioridad en el partido pero le permitía al italiano mantenerse en pié, aunque no pudo evitar una nueva rotura en el octavo game. El de Niza dio pautas de estar entero física y mentalmente y se quedó por 6-3, con el primer parcial.
El segundo set fue absolutamente todo para el local: Seppi se marginó del encuentro, falló pelota tras pelota y le simplificó la tarea al francés que, con todo a su favor, se encargó de brindar un excelso espectáculo de tenis que duró apenas unos veintisiete minutos. Tres quiebres y muchos tiros ganadores fueron suficientes para brillar en la pista central del torneo y para dictaminar su pase a la siguiente instancia. Con un 6-0, Simón se reencontró, tras muchos meses de poca confianza y solidez, con un tenis que lo llena de satisfacción y seguridad para afrontar la parte final de la temporada. Si el francés logra continuar por este camino, será un claro favorito a la conquista del título.