Un príncipe chileno hizo sonar las campanas de los templos chinos. Nicolás Jarry hizo que hoy temblaran todos los pronósticos del Masters de Shanghai. La joya sudamericana dio una muestra de carácter y eliminó al croata Marin Cilic en tres sets.
El primer set fue ni más ni menos que lo esperado por la gran mayoría de los aficionados. Cilic se calzó el traje de emperador y dominó el partido a sus anchas a través del servicio. El número seis del mundo mantuvo su primer saque en un 81% y sumó seis aces. Además, ganó el 88% de los puntos jugados con su primer servicio y levantó las dos oportunidades de quiebre que cedió al chileno. Jarry, por el contrario, ganó el 60% de los puntos disputados con su primer saque y tan sólo el 33% de los jugados con el segundo. Enfrentó cuatro bolas de quiebre y pudo salvar la mitad de ellas. En apenas 26 minutos de partido el primer set quedaba en manos de la torre croata.
Cuando el primer parcial cae en manos del rival de manera tan abrupta sólo hay dos caminos posibles: resignarse y dejar que las cosas se sucedan o hacer borrón y cuenta nueva y empezar a jugar de cero, punto por punto. Esto último fue lo que se propuso Nico Jarry, quien con paciencia de artesano fue metiéndose en partido. El segundo set fue por demás parejo. El chileno aumentó considerablemente su efectividad con el servicio y, sumando ocho aces y salvando dos puntos de quiebre, hizo que el destino de la segunda manga llegue a una instancia predecible: el tiebreak. Allí el chileno dio un paso al frente y en 59 minutos se quedó con el parcial.
El tercer set fue una verdadera batalla. Ninguno de los dos aflojó, aun cuando el cansancio físico les debilitó su mejor arma: el servicio. Los dos jugadores bajaron el porcentaje de primeros servicios y eso se reflejó en las oportunidades de quiebre. Cilic quebró en el quinto juego y luego confirmó el quiebre colocándose 4-2 en el marcador. Luego, estando 5-4 arriba el croata sacó para partido pero no pudo sellar el match. El chileno luego de arrebatarle el saque a Cilic tomó la delantera del set y luego quebró nuevamente para quedarse con el set por 7-5 en 47 minutos.
Sin duda alguna, lo del chileno fue un batacazo. Pero a esta altura no debe sorprendernos que Jarry dé que hablar en un torneo grande. La joya sudamericana tiene talento y carácter para hacer grandes campeonatos y parece que eso quiere demostrar en Shanghai. El próximo rival de Jarry saldrá del vencedor del duelo entre Kyle Edmund y Andrea Seppi. El sismo chileno espera mientras aspira seguir golpeando.