Rafael Nadal Parera terminará este año por quinta ocasión como el indiscutido número uno del mundo de la clasificación de la ATP. Roger Federer venció a Novak Djokovic en la fase de grupos de Nitto ATP Finals  con lo cual aseguró el puesto para Rafa. Al día siguiente el manacorí venció en un gran partido al griego Stefanos Tsitsipas en tres apretados sets. Al final del encuentro en la cancha O2 de Londres recibió el trofeo como número uno. Se convierte en el más longevo al tener 33 años de edad, lo ha conseguido en temporadas no consecutivas e  iguala a Federer, Djokovic y Connors con cinco temporadas finalizando en lo más alto. Pete Sampras es el único tenista que ha terminado en seis temporadas en el primer puesto.

“Es algo emocionante tener este trofeo de No. 1 conmigo. Significa mucho que después de once años pueda conseguir este trofeo otra vez, creo que sin el apoyo de mi familia y mi equipo nada de eso sería posible. Han jugado un papel muy importante, en algunos momentos duros, ellos me han ayudado a superarlo”. Fueron las palabras del toro español al recibir el trofeo. “Ser el número uno es algo realmente diferente a cualquier otra cosa. Para conseguir esto hay que hacerlo bien once meses. La satisfacción personal de tener el trofeo en el museo de la Academia significa mucho para mí”, aseguró un emocionado Rafa.

El 18 de agosto de 2008 fue la primera vez que ocupó el máximo puesto del ranking mundial. En 2008 Nadal ganó Roland Garros y Wimbledon. En París se enfrentó en la final al expreso suizo y le propinó la derrota más contundente en una final de GS que ha sufrido por 6-1, 6-3, 6-0. Rafa no perdió un solo set. En la catedral del tenis nuevamente se vieron las caras, en una final épica, de los mejores partidos de final que se recuerden, ya casi sin luz solar el nativo de Manacor volvió a vencer al suizo en cinco trepidantes sets. Después ganó el Masters 1000 de Canadá.

En el siguiente torneo en Cincinnati Roger perdió en cuartos de final y Nadal en la misma instancia tenía que vencer a Nicolás Lapentti para ascender al trono de la ATP. El mallorquín fue el ganador 7-6, 6-1. Perdió en semifinales contra Djokovic. Después en los Juegos Olímpicos de Beijing ganó la medalla de oro en individuales. En el Abierto Estadounidense perdió en semifinales ante Andy Murray en cuatro sets. En el año 2009 ganó el único Abierto de Australia que tiene en su carrera, en reñido encuentro que tuvo poco más de cinco horas de duración venció nuevamente al hijo pródigo de Basilea obteniendo su sexto título de Grand Slam.

En Indian Wells venció a Murray en la final para ganar el torneo. En Montecarlo fue el ganador del torneo por quinta ocasión consecutiva, también se alzó con el título de Roma. Madrid cambió de superficie, a polvo de ladrillo en la nueva Caja Mágica y perdió Rafa la final contra Federer  por 6-4, 6-4. Perdió por primera vez en Roland Garros en octavos de final contra Söderling, aquejaba lesiones en rodilla, tuvo que bajarse de Wimbledon, lo que le abrió la puerta a Federer para perder el primer puesto.

Un 2010 con tres Grand Slams

En 2010 consiguió los títulos Masters 1000 de Montecarlo, Roma y Madrid con tres rivales diferentes en las finales. Seguía Roland Garros, y consiguió su quinta copa de los mosqueteros tras vencer a Söderling en la final, vengando la derrota del año anterior. Recuperó el número uno del mundo el 06 de junio de 2010. En Wimbledon venció a Berdych en tres mangas en la final, segunda corona para Nadal. En el US Open venció en la final a Djokovic en cuatro sets. Así el balear ganaba su torneo número nueve de Grand Slam y completaba el Golden Slam de carrera, sólo el pelado de Las Vegas André Agassi ha conseguido también este logro. Este 2010 ganó tres torneos de Grand Slam en tres superficies diferentes. Es el único tenista en la era abierta en lograrlo.

En 2011 ganó su primer título del año en Montecarlo, continuó con la racha ganadora en Madrid. En Roma perdió ante Novak. En la arcilla parisina nuevamente ganó Roland Garros ante Federer en cuatro sets. En Wimbledon nuevamente enfrentó a Nole en la final y volvió a sucumbir ante el serbio. Rafa perdió la cima de la clasificación.

En palabras del toro español: “Quizá 2013 fue muy emocionante para mí. Después de ocho meses sin competir, muchos meses sufriendo porque no se veía el final al problema de la rodilla, volver y terminar en el número uno del mundo sin jugar Australia y sin jugar prácticamente Wimbledon es algo muy difícil. Es quizá la que más valoro en mi carrera”. Esa fue la respuesta al preguntarle, de los cinco años que ha terminado como número uno cual valora más. Ese año ganó diez títulos en total: dos de Grand Slam que fueron Roland Garros (su octavo) y el Us Open (su segundo); cinco Masters 1000:  Indian Wells, Madrid, Roma, Montreal y Cincinatti. En el torneo de Pekín, pese a perder la final recuperó nuevamente el número uno. Acabó con diez títulos, con un récord impresionante de 75 triunfos por sólo siete derrotas.

En 2017 recuperó nuevamente la posición de honor. En Australia perdió la final ante Roger en cinco sets. En tierra batida ganó en Montecarlo, por décima ocasión todo un récord. También fue el vencedor en la Caja Mágica. En el Grand Slam francés nuevamente llegó a la final contra Stanislas Wawrinka y le venció de forma contundente en sets corridos, su décimoquinto torneo de GS. En el Masters 1000 de Cincinatti se bajó del torneo Murray, con lo cual Nadal ascendería nuevamente al número uno. Lo consiguió el 21 de agosto. Perdió en cuartos de final ante Kyrgios. En el US Open en el partido por el campeonato venció con comodidad al sudafricano Anderson en tres sets. Su tercer título en el estadio Arthur Ashe y decimosexto de GS. Terminó la temporada con lesiones en rodilla derecha, con lo que tuvo que retirarse del ATP Tour Finals.

Un 2019 a su mejor nivel

En este 2019, inicio el año en gran forma al regresar de una operación en tobillo que sufrió en noviembre 2018. En Australia alcanzó la final sucumbiendo ante Nole nuevamente. Tuvo problemas físicos y no participó de forma adecuada en la gira norteamericana en cancha dura. Regresó a su oasis, el polvo de ladrillo. Pero en Montecarlo perdió en semifinales ante Fognini en uno de los peores partidos que ha jugado en arcilla. En Roma si ganó. En la final venció al serbio Djokovic, no la hacía desde la final de Roland Garros en 2014, así con una gran dosis de confianza para viajó a la ciudad luz.

En París hizo lo que nos tiene acostumbrados, alcanzar la final del torneo. Por segundo año seguido enfrente estaba el austriaco Thiem, y volvió a vencerlo en esta ocasión en cuatro sets. Título número 18 de GS y 12 de la copa de los mosqueteros. En Wimbledon perdió en semifinales ante Roger. Regresó a la acción en Canadá, torneo que le sonríe al español. Llegó a la final y venció al ruso  Daniil Medvédev. Fue el título de Masters 1000 número 35.

En Nueva York partía como segundo cabeza de serie, y en la final nuevamente se enfrentó al mejor jugador del verano, Medvédev. Tras cuatro horas y 49 minutos, en cinco sets el manacorí lo hizo de nuevo. Cuarto título del Abierto Estadounidense, decimonoveno de Grand Slam. Después en el Masters 1000 de París-Bercy llegó hasta semifinales, pero tuvo que abandonar por una lesión abdominal. El 04 de noviembre alcanzó de nuevo la cima del ranking ATP. Viajó a Londres con muchas dudas a participar en las Nitto ATP Finals. Perdió el primer partido ante Zverev en sets corridos. Y el siguiente juego nuevamente Medvédev. En otra remontada épica de las que Rafa nos tiene acostumbrados, ganó por 6-7 (3), 6-3, 7-6 (4). Al día siguiente Federer venció a Nole en dos sets con lo cual se aseguró que el Toro Español terminaría el año 2019 como el número uno.

Le ha costado muchísimo a Rafael Nadal recuperarse de las lesiones que lo han aquejado durante toda su carrera. Piedra angular en los logros ha sido su tío y entrenador Toni Nadal sin duda. “El reto nunca fue ganar Wimbledon o Roland Garros sino mejorar. Nunca estar satisfecho con lo conseguido. Rafa se formó con sólo tres datos: golpea lo más fuerte que puedas, tira la pelota donde no esté el rival y si es posible dentro de la pista que fuera no va muy bien. Y así llegó el número uno”.

Ya lo dijo Rudy Tomjanovich, entrenador de los Houston Rockets cuando ganaron la final de la NBA en 1995: “Nunca subestimes el corazón de un campeón”.