Hay días en los que da la sensación que el trabajo duro no sirve de nada, que las cosas siguen torciéndose exactamente en el mismo punto de siempre y que no merece la pena seguir. Es así donde se ve qué jugadores aman realmente este deporte y siguen adelante, obstinadamente y con rictus casi de maniático esperando las buenas noticias. En el caso de Pablo Carreño están llegando; mucho más tarde de lo que algunos habían esperado o deseado, pero por ello se están saboreando más y aspiran a ser más duraderas en el tiempo.
El jugador asturiano se va superando a sí mismo semana tras semana. Parecía que nunca daría el salto del circuito Challenger al ATP pero en este 2016 ha dejado atrás esos fantasmas. Lleva siete victorias consecutivas que se han traducido en su primer título ATP y su mejor resultado en un Grand Slam, igualando el cosechado en Flushing Meadows en 2014. La historia continúa.
Carreño nunca dejó de creer
Cuando un tenista va muy por debajo en el marcador y mantiene un semblante tranquilo, transmitiendo seguridad y calma...algo va mal para el contrario. Incluso cuando Tipsarevic dominaba el marcador, daba el gijonés una sensación de aplomo que hasta al más pesimista le hacía pensar que tenía opciones. Eso es la confianza, y de confianza va sobrado el español en estos momentos.
El asturiano solo tuvo una bola de break en el primer y segundo set
Janko Tipsarevic está haciendo un esfuerzo sobrehumano por reverdecer su tenis tras graves y duraderas lesiones, y es muy de admirar su juego y actitud. Salió a tumba abierta el serbio, cuajando dos mangas descomunales que dejaron sin ninguna opción al español.
Sin embargo, la tendencia cambió. Janko pareció vaciarse físicamente y eso lo aprovechó Carreño para imponer su ritmo. Se puso 5-0 y la lluvia parecía acudir al rescate del serbio. Después de la reanudación, Pablo certificó su victoria en el tercer parcial y puso las bases para el cuarto, amparado en una actitud muy conservadora de Tipsarevic.
Su rival en tercera ronda será Dominic Thiem
Echó el resto en la cuarta manga el balcánico pero no pudo evitar que el asturiano se la adjudicara, no exenta de polémica por una situación incomprensible en el último juego del set que enloqueció a Tipsarevic contra el juez de silla. La tendencia había cambiado y Pablo no estaba dispuesto a dejar escapar un partido que supone la primera vez que gana en su carrera a cinco sets. Sigue la buena racha del español que no tiene visos de parar de crecer.