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La resurrección se consuma

Caroline Wozniacki logró alzarse con el título WTA Premier de Tokio al vencer por 7-5 6-3 a la joven Naomi Osaka. La danesa confirma así su meteórica mejoría desde el US Open, y logra un título después de año y medio de sequía.

La resurrección se consuma
Caroline Wozniacki en Tokio. Foto: zimbio
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Por Diego Jiménez Rubio

Nunca es tarde si la dicha es buena, y jamás ha de venderse la piel del oso antes de cazarlo. Estos dos típicos refranes pueden explicar a la perfección la progresión de Wozniacki en las últimas semanas. Se daba por muerta tenísticamente a la danesa, después de dos temporadas vagando por las pistas de medio mundo sin cosechar éxitos, y muy lejos de los puestos de honor. 

A sus 26 años, aún está a tiempo de buscar un Grand Slam

Su retirada parecía más cercana que la posibilidad de ver brillar de nuevo a la de Odense, pero Caroline ha roto con todas las previsiones. Tras cuajar un sensacional US Open, la danesa confirma su mejoría con un título de mucho prestigio y ganando con contundencia a tenistas de mucho nivel y repletas de confianza. Wozniacki ha vuelto e intentará demostrar que está a tiempo de ganar un Grand Slam que dé el brillo que se merece a su palmarés.

Wozniacki, estelar en los momentos cumbre

El duelo no estaba exento de morbo. Dos jugadoras que para nada contaban como favoritas para alcanzar el título pero que demostraron a lo largo de la semana estar en un momento de forma espectacular. La joven Osaka se las prometía muy felices intentando alzarse con el título en un torneo al que había accedido por wildcard, estrenando su palmarés ante su público. Sin embargo, Wozniacki parece dispuesta a reverdecer su tenis.

Osaka perdió cuatr bolas de break en el primer set

El partido fue más igualado de lo que puede aparentar el marcador, y los previsibles nervios en la joven japonesa solo aparecieron en los momentos decisivos. Osaka atacó sin rubor, intentó mover mucho la pelota y sacar de su zona de confort a la danesa. Pero Caroline demostró estar muy fuerte de piernas, y cortó las acometidas de la nipona. Tras un intercambio de breaks en el primer set, la danesa logró la rotura definitiva y se puso en ventaja.

La japonesa no le perdió la cara al partido pero se volvió a encontrar con un muro infranqueable cuando el marcador se apretaba y los nervios acudían. Wozniacki supo escoger cada golpe, y halló la fórmula de hacer fallar a Osaka sin jugar pasiva, y exigiendo a la nipona el máximo esfuerzo. Con este título la de Odense demuestra que va en serio, y habrá que tenerla muy en cuenta de cara a los siguientes eventos.