Tras una temporada tortuosa en la que su talento y potencial no eran capaz de fluir, las cosas están funcionando a las mil maravillas desde que Lara Arruabarrena pisó tierra asiática. Avisaba días antes de que es su tramo de temporada favorito, destacando la calidad de las instalaciones y hoteles, así como la candidez de los hoteles. Parecen haberse dado las circunstancias idóneas para que la española sacara todo el tenis que lleva dentro.
Su título en Seúl le permitió colocarse como 70 del mundo, y seguir luchando por alcanzar la meta de entrar en el top-50. Dio la cara ante Bacsinszky en Pekín, y en un cuadro menos exigente como el de Tianjin, parece decidida a volver a ganar partidos. Cosechó ya el primero de ellos, no sin un esfuerzo superior al esperado ya que su joven rival cuajó un partido excepcional.
El saque de Liu fue un arma casi letal
Había información sobre la jugadora china. 20 años, 153 del mundo y procedente de la previa, pero nadie podía sospechar el caudal de tenis directo que desató sobre la pista. Arruabarrena no tuvo reparos en ponerse el mono de trabajo y erigirse en una tenista aún más sólida de lo habitual. Ganó el primer set con un break muy oportuno en el tramo final pero no pudo evitar desconectar ligeramente a inicios del segundo parcial.
Liu conectó 14 saques directos pero no fueron suficientes para batir a ArruabarrenaFue letal esa desconexión, que permitió a Liu tomar clara ventaja y hacerse con la segunda manga, sin conceder ni una sola pelota de break a la española. Cuando la local parecía lanzada a la victoria, Arruabarrena se puso firme y practicó su mejor tenis. Movió de lado a la china, asumió riesgos y acertó. Victoria muy sufrida y meritorio para la donostiarra que ha de darle confianza para futuros retos.
La siguiente rival de Lara Arruabarrena será la puertorriqueña y flamante medalla de oro olímpica, Mónica Puig. El encuentro no será nada sencillo, y la española habrá de estar preparada para intentar tomar la iniciativa y sacar de su zona de confort a una Puig con gran facilidad para conectar golpes ganadores.