Para ser la mejor del mundo hay que saber ganar partidos en los que las piernas no responden con la misma agilidad, la mente está en otro sitio y la muñeca se muestra rígida. Angelique Kerber demostró ostentar esta habilidad innata, al ganar un partido realmente gris en la primera ronda del torneo de Hong Kong. La de Bremen acumula una notable carga de partidos a sus espaldas, y más en este tramo final de temporada, pero su ambición es insaciable.
La jugadora alemana quiere redimirse de sus derrotas inesperadas en los últimos torneos del año, y tiene entre ceja y ceja sumar un nuevo título. Es la gran favorita en el torneo de Hong Kong y comenzó con buen pie el camino hacia el trofeo. Maria Sakkari solo pudo hacer cosquillas a una Kerber al 50% de sus posibilidades.
Kerber sale viva de un partido gris
No puede estar satisfecha con su juego pero eso no era lo importante en esta ocasión. Lo único que contaba en este duelo era ganar el último punto, y así lo hizo la jugadora alemana. No se desesperó ante su versión más errática, y supo controlar sus nervios para contener a una Maria Sakkari que se lo fue creyendo poco a poco.
La joven griega es una jugadora realmente interesante y que parece tener un futuro muy positivo, pero actualmente carece de las armas necesarias para ganar a una número uno del mundo. La griega desperdició muchas bolas de break, sobre todo en la primera manga, y lo pagó caro.
El resultado final fue de 6-4 6-4 en favor de Kerber, cuya siguiente rival será la estadounidense Louisa Chirico. Habrá de jugar mucho mejor de lo que lo hizo, la de Bremen, si quiere seguir teniendo opciones de levantar el título en Hong Kong.