El pomposo estado de forma del que presume Kyle Edmund durante este tramo final de la temporada le ha servido para vencer su primer duelo como profesional contra el español David Ferrer, sellando en dos horas un 6-1, 3-6 y 7-6 (3). Este auge y rápido progreso ha servido para que muchos lo empiecen a catalogar como el próximo representante del tenis británico y el suplente de Andy Murray, número dos del mundo.
Nadie esperaba un salto tan prolongado en el circuito masculino, y mucho menos sus buenas intervenciones en el Abierto de los Estados Unidos, Beijing y Shanghái. En esta ocasión el torneo de Antwerp en Amberes le ha dado una nueva oportunidad para intentar alcanzar su primer título de ATP.
El actual número 15 del mundo ha colisionado con la mejor versión del de Reino Unido, reafirmando una de las peores temporadas de los últimos diez años. Esta crisis, tanto física como mental, se une a las ya conocidas de Rafael Nadal, que ha anunciado que no jugará en lo que queda de año, y de Roger Federer, lesionado desde Wimbledon y que ha bajado hasta la octava posición del ranking.
A día de hoy el de Jávea no ha accedido a ninguna final, solo a las semifinales de Auckland, Buenos Aires, Ginebra y Bastad sin lucir demasiado con su juego en los últimos eventos. De hecho, sus mejores números son los siete títulos que se embolsó en 2012 y los 5 del pasado ciclo.
Es cierto que hoy ha podido brillar un poco más, aunque en el primer set Edmund le ha pasado por encima con autoridad y descaro imponiendo un 6-1 al valenciano. Además de haberle quebrado en dos ocasiones el servicio. Con bastante agresividad Ferrer puso la iniciativa en la segunda manga, con un hábil saque, buen posicionamiento sobre la cancha y dureza tanto de fondo como en la red con deslumbrantes dejadas. Esto le permitió apropiarse del 3-6 en 38 minutos.
No obstante, esa decisión no le ha valido para perfilar el rumbo del tercer set. El británico se mostraba fuerte en defensa, dando potencia y efecto a los intercambios, controlando las situaciones extremas y contrarrestando los desniveles de autoridad del “león de Jávea”. La igualdad de tirones era evidente, consiguiendo dos break cada uno. La inteligencia del número 43 fue superior a la experiencia de David Ferrer, cerrando el partido con un 7-3 en la muerte súbita final.
Kyle Edmund deberá defender su continuidad en el torneo belga ante el italiano Andrea Seppi, que venció la jornada de ayer a Robin Haase por un doble 7-5.