Aquel niño de nueve años, que recibió un autógrafo del argentino y que con el paso del tiempo lo convirtió en uno de sus ídolos del circuito, ayer cumplió un partido perfecto ante el argentino, que tuvo que batallar durante dos horas y media para ganarle en el tie break del tercero.
Francis, llamado a ser uno de los jugadores de la nueva generación del tenis mundial, jugó un partido agresivo, complicando a su oponente en todo momento y salvo en parte del primer set y en la muerte súbita del tercer set no pudo complicar a su rival.
El primer set fue parejo como todo el partido, con un Del Potro con poca movilidad de piernas, siendo sometido por su rival sobre su revés y no pudiendo invertirse para pegar sus derechas letales. En el medio del primer set, ambos cometieron errores, primero Del Potro quebró al estadounidense después de que este subiera sin convicciones al red y fallara una volea alta inexplicable; errores de juventud.
En el juego contiguo, fue Tiafoe quien atacó sobre el segundo saque de su rival, sin primeros saques del argentino y sin mover las piernas, favoreció que el estadounidense se metiera dentro de la cancha y consiguiera el quiebre para igualar el set. En el noveno juego del set el estadounidense jugó incomodo por la presión de Del Potro, el argentino con tiros profundo evito que el estadounidense lo atacara sobre el revés quebrando nuevamente y luego llevándose el set.
El segundo set, fue todo del estadounidense que quebró rápidamente en el segundo juego y con mucho corazón y orgullo, y por supuesto buen juego, gano el set ante un Del Potro que estuvo muy bajo de energía e intensidad, situación que aprovechó Tiafoe. El estadounidense con un gran revés paralelo se queda con el segundo set por 6-3.
En el tercero, comenzó a activarse la Torre de Tandil, el juego se hizo muy parejo y el desgaste del Tiafoe se fue notando a medida que pasaban los juegos, acalambrado en los dos últimos juegos del set y durante todo el tie break.
Ganó el argentino, aunque todavía no consigue ritmo, demuestra que la exigencia que hay que tener para contrarrestar su juego es tremenda, Raonic no pudo jugar la final en Delray Beach y desistió de jugar en Acapulco luego de ganarle en la semifinal, la joven estrella Francis Tiafoe salió de la cancha, ovacionado, pero con un desgaste superlativo. Ahora viene Novak Djokovic, una partido en el que es imposible sacar conclusiones previas. Es un clásico y como se habla en el fútbol, los clásicos hay que jugarlos.