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Rafael Nadal celebra las bodas de oro a lo grande

El número uno español, Rafael Nadal, se metió en la final del Mutua Madrid Open tras batir, 6-2 y 6-4, al serbio Novak Djokovic, campeón defensor de este certamen y con el que cumplía hoy un ciclo de 50 partidos. Rafa, mejorando sus prestaciones día a día, competirá en la jornada del domingo por completar el triplete Montecarlo-Barcelona-Madrid, cuyo rival saldrá del encuentro entre dos novatos en cuanto a semifinales de Masters 1000 se refiere: Dominic Thiem y Pablo Cuevas

Rafael Nadal celebra las bodas de oro a lo grande
Nadal celebrando uno de los puntos conseguidos | Foto: Photo Silver - VAVEL
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Por Francisco Román

Historia. Esa era la palabra para definir la jornada del sábado, penúltima del torneo, que se avecinaba en el Mutua Madrid Open. Sábado histórico por varios motivos, por ejemplo, porque, o bien Dominic Thiem, o bien Pablo Cuevas, cumplirían con su sueño y se meterían en su primera final de Masters 1000. Por otro lado, Simona Halep tendría la oportunidad de reeditar título en la capital española, ante una Kristina Mladenovic, campeona en dobles el año pasado, que buscaba su primer título de Premier Mandatory.

Sin embargo, y como era de esperar, muchos de los focos se posaban sobre la primera semifinal del cuadro masculino. No era una semifinal cualquiera, un partido más. Era una oportunidad para redimirse, de poner los puntos sobre las íes de una vez por todas. Novak Djokovic. Rafael Nadal. Un binomio inseparable; sin uno, no existe el otro.

49 veces vio el mundo a estas dos Leyendas, una frente a la otra: en cemento, arcilla o hierba; en Masters 1000, Grand Slam o ATP Finals. Hasta el momento, es el serbio quien lleva la voz cantante, con 26 victorias, por las 23 del manacorí. Once años han pasado desde su primer meeting, en aquella edición de Roland Garros que, sorpresa, acabaría ganando Nadal; aquel partido terminó con el retiro del balcánico tras un doble 6-4 de Rafa en los dos primeros sets, por lo que esa primera vez tiene un sabor agridulce. Un año se tuvo que esperar para ver el primer choque completo entre ambos, cuando Nadal se llevó el Masters Series de Indian Wells 2007, por 6-2 y 7-5.

No obstante, no todo son alegrías para el mallorquín. Bien sabido es que Novak Djokovic es su bestia negra, y así lo hizo saber, por ejemplo, en el año 2011, cuando el de Belgrado le arrebataría el número uno del mundo al español tras ganarle seis veces esa temporada: Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon y US Open. Seis finales. Dominio serbio, también, en tiempos recientes, ya que el treinta veces ganador de Masters 1000 se ha llevado once de los últimos doce encuentros, cuya única excepción radica en aquella final de Roland Garros en 2014, el último Grand Slam de Rafa.

Ingrediente especial a este maravilloso plato es la necesidad, tanto de uno como de otro, de redención. Nadal, por un lado, ante la urgencia de ganar a un "peso pesado", a un jugador consolidado e, indudablemente, en los libros de historia; cierto es que por el camino ya ha despachado a hombres como Cilic, en Acapulco; Sock, en Miami; Zverev y Goffin, en Montecarlo; Thiem, en Barcelona; o Kyrgios y, de nuevo, Goffin, en el presente Mutua Madrid Open, pero una victoria ante "Nole" sería clave en su futuro. Djokovic, por su parte, no se encuentra del todo cómodo; tras perder el número uno del mundo a finales del año pasado, el serbio no ha dado con su mejor tenis y, tras cosechar decepciones en el Open de Australia, eliminado en segunda ronda; Acapulco, en cuartos; Indian Wells, en octavos; o Montecarlo, en cuartos, prescindió de la gran mayoría de su cuerpo técnico. La reconstrucción del mejor tenista serbio de todos los tiempos comienza aquí, en Madrid, contra su mejor rival, Rafael Nadal. Todo estaba listo.

Nadal, irreductible en el primer set

Nervios, tensión, frialdad. El inicio del partido traía consigo muchos factores que podrían decantar la balanza a un lado o a otro. El primero en sacar fue Novak Djokovic, que trató por todos los medios de hacer correr al español, que tenía mucha frescura en las piernas y conseguía devolver todos los envíos. Para sorpresa de la gran mayoría de los asistentes, Nadal empezó 0-40, e hizo valer su ventaja para convertir ese primer break.

Era evidente la mejoría de Nadal con su revés, un golpe por el que no destacaba, precisamente. Su primer juego con el servicio también trajo suspense, errando golpes, teóricamente, muy sencillos. Pese a que Djokovic presionaba, aunque levemente, Rafa se mostraba muy superior, consolidando la rotura y poniendo el 2-0.

La intensidad y el desequilibrio exhibidos por Rafa hasta el momento no cesaron ahí. En un partido jugado, principalmente, con el revés, la derecha de Nadal permitía al manacorí obtener muchos winners, llegando a ganar el 80% de los puntos en los cuatro primeros juegos. El choque se jugaba al ritmo que el español quería, y buena prueba de ello fue su segundo break consecutivo, cobrando una ventaja de 4-0 ante un Djokovic lleno de dudas, y al que le costó cerrar su primer juego del set, llegando a estar con un deuce en un game que empezó comandando por 40-0.

Fue en el último juego de este primer parcial cuando Djokovic exteriorizó sus malas vibraciones, después de fallar varios golpes que le hicieron desesperarse. Agresividad, integridad y versatilidad en sus movimientos fueron circunstancias que propiciaron esa rápida victoria de Rafael Nadal en este primer set: 6-2 tras poco más de media hora.

Nadal frena la resurrección de Djokovic

Rafael Nadal ya había conseguido romper con esa racha paupérrima en sus duelos con Djokovic. Tras ganarle su primer set en siete enfrentamientos, el manacorí buscaría ahora también la victoria. Largos e intensos peloteos en este inicio de segundo asalto, caracterizados por bolas muy altas y una gran ejecución con el revés cruzado por parte del serbio, a lo que el español respondía con derechas defensivas. Fue Nadal el primero en ponerse por delante, quebrando, al igual que en el set anterior, en el primer juego del parcial.

La ventaja que ese break le confería al catorce veces campeón de Grand Slam parecía decisiva, viendo el amplio y variado repertorio de Nadal. No obstante, cuando todo parecía casi perdido, "Nole" respondió, valiéndose de su poderoso revés y del juego desde el fondo de pista, quebrando por primera vez en el día de hoy y empatando, 2-2, el choque; sin embargo, poco duró la alegría para el balcánico, que no pudo contener el ataque, siempre demoledor, de Rafa, que recuperó, acto seguido, esa rotura concedida.

Superado este tramo de idas y venidas, se sucedieron una serie de juegos de transición, protagonizado por los sacadores, que no cedían terreno al restador. El principal arma de Djokovic, en este momento, era su profundo revés, que causaba estragos en las defensas del español, siempre paciente y esperando su oportunidad.

Presenciando un último juego con mucha intriga, en el que incluso Djokovic dispuso de una bola de rotura, Rafa Nadal fue capaz de darle la vuelta a la situación y, tras haber hecho un partido correcto, ante un Novak Djokovic bajo de energía, se clasificó para una final más en su carrera.

Nadal, a por la quinta corona

Final: 6-2 y 6-4. Partido no muy vistoso, y que nunca estuvo en igualdad de condiciones. Después de una hora y cuarenta minutos de partido, Rafael Nadal se mete en su sexta final del año, tercera sobre tierra batida, con un nivel que entusiasma. Esta final supone la 45ª de Masters 1000 para el manacorí, que desempata con Roger Federer, con 44, como el tenista con más finales en esta categoría. El español, tetracampeón en el Mutua Madrid Open, lo que ya es un récord, buscará su título número 30 de Masters 1000, y compartiría récord con su rival de hoy, Djokovic, como jugador con más trofeos de este calibre.

No obstante, no todo está hecho, ya que a la final accederá un rival duro y difícil de batir. La segunda semifinal estaría protagonizada por Dominic Thiem, número nueve del ranking y finalista hace escasos días en el Conde de Godó, y el uruguayo Pablo Cuevas, que está viviendo un año 2017 de ensueño y que disputa, al igual que el austríaco, su primera semifinal de Masters 1000. Mucha historia, en un solo día.