Día de estrenos en esta jornada de lunes en el circuito ATP con la disputa, y el regreso, de los ATP 500. Hamburgo, paralelamente a Gstaad y Atlanta, que da inicio a las US Open Series, se prepara para una semana de intenso tenis en el que, sorprendentemente, no participa ningún Top Ten, pero con varios alicientes que harán de este certamen una experiencia única. Este primer día de competición reunía ya a algunos de los grandes favoritos, como pueden ser Diego Schwartzman, Benoit Paire o Gilles Simon.
El propio Simon, número 39 del mundo y cuarto cabeza de serie en Alemania, viene de capa caída tras varias duras derrotas en Umag, Halle o Stuttgart, donde no conectó con su mejor tenis y cayó eliminado a las primeras de cambio. Salvando su victoria ante Jarry en la primera ronda de Wimbledon, el último triunfo del galo data de finales de mayo, cuando llegó, en Lyon, a los cuartos de final. En el día de hoy, su oponente sería el local Maximilan Marterer, 121º en la clasificación y que, a priori, no tendría que complicarle mucho la vida.
Marterer, de 22 años, superó en Bastad, la pasada semana, la fase previa, pero no pudo sobrepasar al argentino Schwartzman, también presente en este torneo. El alemán, desarrollando su carrera en el circuito Challenger, principalmente, todavía busca su primera victoria ATP, que no pudo conseguir en sus diez intentos previos. Hoy, rival duro, ante el que nunca se había enfrentado.
Simon, de menos a más en el primer set
Comienzo de partido muy sólido por parte de ambos jugadores, confiantes los dos en sus recursos primarios y con la intención, ante todo, de conservar intactos sus servicios. Simon, gran jugador desde el fondo de pista, se mostraba indefenso ante los intensos ataques de Marterer, jugando de forma magistral con su saque que, combinado con su ágil derecha y su buen revés a dos manos, le hace tener un amplio abanico de movimientos.
Pese a ser Marterer el dominador del partido, llevando siempre la iniciativa en los puntos y, aparentemente, más fresco que su rival, fue Simon el primero en tener opciones de dar un vuelco al set cuando, en el quinto juego, su tenis conservador y sus ofensivas con las profundas derechas fueron efectivas ante el impulso del alemán, que cometió varios errores y cedió por primera vez su saque. Certificar el break no fue tarea fácil para Simon, que tuvo que salvar su primer punto de rotura en contra para poner ese definitivo 4-2.
El hecho de haber perdido su servicio tras mostrar un nivel y una actitud notable pareció afectar en demasía a un Marterer que no levantó cabeza, y que concedió una ventaja decisiva a un Simon ultra-motivado, que fue capaz de lograr un segundo quiebre para dejar las cosas en 5-2, con saque para ganar. Escasos problemas para Gilles Simon en ese octavo y definitivo juego; el francés, de menos a más en este primer parcial, cerró con un contundente 6-2 trascurrida poco más de media hora. Marterer, por su parte, no juegó al nivel que muestra el marcador, ya que sus continuos intentos por cobrar ventaja quedaron frustrados por un Simon extremadamente rocoso.
Marterer resucita y se lleva el segundo set
La segunda manga tuvo un inicio semejante a la primera. Con la comodidad de verse un set arriba, y ante un rival diezmado mentalmente, Gilles Simon hacía su tenis, esperando errores de un Marterer que ya no se veía tan radiante como al principio, y que sudaba para mantener el tipo en los largos peloteos.
El suspense volvió a reinar en la central de Hamburgo. Emulando lo sucedido en el primer set, el quinto juego vio como, nuevamente, Simon aprovechaba las lagunas de Marterer, cabizbajo y sin respuesta a sus fallos. Empeorando considerablemente sus prestaciones, el de Nuremberg cedió su saque por tercera vez en este partido, volviendo a estar un break abajo. No obstante, el germano, arropado por sus compatriotas en el público, volvió a dar señales de vida, efectuando el contra-break y empatando a tres el encuentro.
A raíz de recuperar esa ruptura que parecía mortal, Maximilian Marterer fue recobrando paulatinamente su nivel, recuperando también la confianza en sí mismo y, con ello, su mejor tenis, lo que le sirvió para certificar su primer quiebre del partido en blanco y adelantarse por 4-3. Ese cambio en el guión del partido reactivó al alemán, mucho más dinámico y creativo, y que alcanzó su mejor tenis en todo el partido. Dicha evolución se consumó en el décimo juego, cuando Marterer atacó con el resto para quebrar por segunda vez; un break que valió todo un set, que quedó finiquitado en 6-4 tras tres cuartos de hora de drama. Golpe moral para Simon, que llegó a estar con una ruptura a su favor, pero sin saber gestionar esa ventaja.
Gilles Simon remonta y se lleva el partido
El tercer y definitivo asalto arrancó de forma inmejorable para Maximilian Marterer, muy centrado tras la espectacular remontada del segundo parcial, quebrando en su primer turno al resto. Sin embargo, la alegría del lado del alemán no duró mucho, ya que Simon se repuso a ese varapalo inicial y devolvió la rotura a su oponente para acabar igualando, 2-2.
La emoción siguió invadiendo este partido, y la central del ATP 500 de Hamburgo volvió a presenciar un cambio de tornas completamente inesperado, y que podría decidir, definitivamente, este encuentro. Tras empezar este set de forma esperanzadora, Marterer aflojó, hecho que provocó un nuevo break en favor del de Niza, adelantándose por 5-3 y con muchas opciones de sellar de una vez por todas su pase a la segunda ronda.
Este partido, lleno de matices, y con cambios de ventajas continuos, quedó cerrado en ese décimo juego. Gilles Simon, sufriendo más de la cuenta ante un valiente e impetuoso Maximilian Marterer, ganó por 6-2 4-6 y 6-4 superadas ya las dos horas. En octavos de final, su oponente será el ganador del choque entre el local Philipp Kohlschreiber y el ruso, y reciente campeón en Umag, Andrey Rublev.