Quimper tan solo ha sido final de etapa del Tour de Francia en tres ocasiones. En 1991 Phil Anderson abrió la veda y en 2004 Thor Hushovd volvió a repetir la victoria al sprint. En 2018, el ciclista que ha dejado sellado su nombre esta ciudad del noroeste de Francia ha sido el eslovaco Peter Sagan. El corredor del Bora-Hansgrohe ha sido el más fuerte en un sprint atípico en el que el final picaba para arriba y el abanico de posibles ganadores se abría hacía otro tipo de ciclista lejos del sprinter puro, protagonistas estas primeras etapas del Tour de Francia.
Peter Sagan, que ha sido capaz de resistir la dureza de una jornada marcada por un terreno rompepiernas, se ha impuesto por delante de Sony Colbrelli (Bahrain-Merida) -segundo también en el anterior triunfo de Sagan- y Philippe Gilbert (Quick Step-Floors), que se acerca a Greg Van Avermaet (BMC Racing Team) en la clasificación general. El español Alejandro Valverde (Movistar Team), en una llegada que se podía adecuar a sus características, ha finalizado en cuarta posición.
Etapa que anticipaba movimiento
Tras unas primeras etapas en la que los sprinters fueron los claros protagonistas de la carrera, la 5ª etapa, entre Lorient y Quimper, cambiaba el devenir del Tour de Francia. Los 100 kilómetros finales contaban contaban con hasta seis cotas puntuables y otras tantas que, como se utiliza en argot ciclista, no puntúan pero sí apuntalan. Por primera vez la fuga podría tener opciones reales de luchar por el triunfo de etapa, aunque el trabajo y el interés de ciertos equipos en el seno del pelotón cortaron toda posibilidad a los hombres escapados.
Conscientes de sus opciones, siete fueron los ciclistas que desde el primer kilómetro saltaron en busca de una aventura hasta Quimper. Elie Gesbert (Fortuneo - Samsic), Julien Vermote (Team Dimension Data), Jasper de Busyt (Lotto-Soudal), Lilian Calmejane, Sylvain Chavanel (Direct Energie), Toms Skujins (Trek - Segafredo) y Nicolas Edet (Cofidis), fueron los integrantes de una fuga del día que no llegó a alcanzar una diferencia superior a los cuatro minutos.
Movimientos lejos de meta
Aunque los primeros kilómetros de etapa fueron relativamente cómodos, pronto comenzó el baile de piezas. Fue con la llegada del primer puerto puntuable de la jornada, la Côte de Kaliforn (4ª, 1,7 km al 7,1%), cuando Sylvain Chavanel decidió jugar sus cartas con el objetivo de llevarse los puntos y, porque no, comenzar a abrir un pequeño hueco con respecto a sus compañeros. La diferencia del francés poco a poco fue en aumento, llegando a superar los 45 segundos. Por detrás, las hostilidades también comenzaron, por lo que el grupo, que finalmente dio caza a Chavanel en la Côte de la Roche du Feu (3ª, 1,9km al 6,6%), quedó reducido a Edet, Skujins, Calmejane y el propio Chavanel. Por su parte, los grandes sprinters comenzaron a perder comba, escenificando lo que muchos pensaban: que esta etapa no era para ellos.
Kilómetros de impás hasta la traca final
En el pelotón, la etapa se vivió con relativa calma hasta que comenzaron los 50 kilómetros finales. Por delante, tan solo Skujins y Calmejane consiguieron mantener el ritmo elevado para poner en una aprieto al gran grupo. Con el paso de los kilómetros y viendo que la diferencia con los dos escapados no se reducía, tanto BMC como Bora aumentaron el ritmo y la tensión comenzó a apoderarse del pelotón. La velocidad que llevaban, en los tramos tan estrechos, aumentaba aún la percepción de peligrosidad, aunque por suerte no hubo ninguna caída.
Finalmente, el sensacional trabajo Maciej Bodnar (Bora-Hansgrohe) y Stephen Küng (BMC Racing Team) acabó por neutralizar a los dos fugados en la Côte de la Chapelle de la Lorette, a tan solo 11 kilómetros de meta. Una vez el pelotón era cabeza de carrera, lo que podía preverse como un zafarrancho de combate, acabó siendo un intento de Rein Taaramäe (Direct Energie). Al final, el último kilómetros fue el decisivo en la etapa, pues Peter Sagan supo resistir los movimientos de Gilbert o Alaphilippe y en la parte final, en la que el porcentaje no era tan elevado, imponer su fuerza y conseguir su segunda victoria de este Tour de Francia con cierta holgura.