No ha sido una temporada al uso, ha sido casi un 'ironman' de nueve meses. Alejandro Valverde (Movistar Team) ha prolongado su temporada desde enero hasta el 1 de octubre, con 15.052 kilómetros en sus piernas en 92 días de competición. Entre ellos destacan las tres grandes, con ese podio en el Giro, Flecha Valona, Milán San Remo, Lieja o Lombardía. Un curso extensisímo, un año que ha puesto sobre la mesa la cualidad 'sobrehumana' del ciclista murciano y, sobre todo, ha demostrado la ambición de 'Bala'.
Dosificando esfuerzos
Para lo que suele ser Valverde, la primera victoria tardó en llegar. Casi un mes después de dar las primeras pedaladas en el Trofeo Pollença, el murciano estrenó su palmarés del 2016 en Peñas Blancas, en la Vuelta Andalucía. El primer botín fue cuantioso, etapa más general en una de las carreras que mejor se le dan al 'todoterreno' de Movistar. Italia copaba, a partir de entonces, los pensamientos de Valverde, que no logró los resultados en la Strade Bianche (10º), prueba que se le resiste, y trató de pelear en la Classicissima, Milán-San Remo, donde fue 15º.
Haciendo historia con el cuarto triunfo en la Flecha Valona
Volvió a España para reconducir su campaña de cara a las Ardenas y al gran reto del año, el Giro de Italia. La Vuelta a Castilla y León fue un gran acicate para Valverde, con triunfos en Fermoselle y el Alto de Candelario para llevarse la general y la clasificación por puntos. La moral estaba recuperada, las piernas parecían que funcionaban y ahora solo quedaba demostrarlo en tierras belgas. El murciano rehuyó de la Amstel Gold Race para centrarse en Flecha Valona y Lieja. En el Muro de Huy hizo historia, logró su cuarta victoria y, de nuevo, por delante de un frustrado Alaphillipe. En 'La Doyenne' partía como el gran favorito, lo intentó pero se le escapó la carrera camino de Ans y se dejó llevar en los últimos kilómetros ante la imposibilidad de conectar con la cabeza.
El sueño rosa
Su ambición en el Giro le reportó una etapa y tercero en la general
Y llegó el Giro, el gran reto de una temporada que, hasta entonces no lo sabía, pero sería histórica. Partía en la terna de favoritos junto a Chaves y Nibali, a lo que se unió un gran Kruijswijk. El murciano se llevó una victoria de etapa, en la loca etapa de Andalo, recuperándose de la 'pájara' de Corvara.
Veterano y experto, supo dosificar fuerzas para firmar un podio ante la exhibición y remontada de un Nibali más voraz que nunca y un desafortunado Kruijswijk. El murciano completó su presencia en el podio de las tres grandes y ya puede presumir de haber ganado una etapa, al menos, en cada una de estas carreras.
Gran Tour y desastre en los Juegos
Un pequeño descanso y los campeonatos de España sirvieron de preludio del Tour de Francia. Aquí su rol cambiaría, pasando a ser el fiel escudero de Nairo Quintana en su búsqueda del amarillo. Un imperial Chirs Froome y un sorprendente Romain Bardet impidieron al colombiano acercarse al primer peldaño del podio en París, pese al trabajo de gregario de un Valverde que se empleó a fondo por su compañero y, además, logró un sexto puesto en la general que satisfajo al de Movistar.
El tercer puesto en San Sebastián y una mala tarde en los Juegos Olímpicos de Río, uno de los grandes objetivos de la temporada, suscitaron en Alejandro Valverde el deseo de no acabar así la temporada.
A por la 'tercera grande'
Había que dar algo más, buscar una victoria más, una gesta a mayores. Y el reto lo encontró en la Vuelta a España, donde firmando un séptimo puesto haría historia.
Gran actuación en la Vuelta a pesar de ser su tercer Gran Vuelta
Rozó el triunfo en varias ocasiones (Ézaro, Peña Cabarga, Sanabria), peleó por la victoria cada día, pero naufragó camino del Aubisque. Un mal día condenó el sueño de Valverde, que había vuelto a ser el más fiel compañero de un Nairo Quintana que se llevó el 'rojo'. Pese a ello no se rindió, siguió peleando por ese sueño, pero acabó la general en duodécima plaza.
Para cerrar la campaña, Valverde se fue a Lombardía. En busca de este monumento que se le resiste, el murciano se topó con un espectacular Chaves, que ganó al sprint a Bardet, Urán y Diego Rosa. Sexto, Valverde decidió renunciar al Mundial de Catar por 'fatiga' y renovó hasta 2019 con Movistar. Una cosa está clara: hay Valverde para rato y sus 36 años no han mermado ni sus fuerzas ni su ambición.