El Wigan Athletic ha hecho realidad el dicho de que la copa es mágica. Los Latics vencieron por la mínima gracias a un tanto de Will Grigg a falta de diez minutos. El City jugó con un futbolista menos toda la segunda parte después de una polémica expulsión a Fabian Delph por roja directa.
Poco fútbol
La sólida defensa de los locales y la pasividad en algunas jugadas de los Sky Blues propició una primera parte menos entretenida de lo esperado. El Wigan se encerró atrás a la espera de una contra mientras que el City no encontró el espacio para el gol. Sin embargo, fueron los de Guardiola los que empezaron avisando. Agüero, con un remate alto de cabeza, y Gündogan, con un buen disparo desde fuera del área, fueron los primeros en acercar el peligro al arco de Walton.
En una de sus pocas oportunidades, el Wigan también pudo anotar pero sus débiles ideas en ataque lastraron cualquier opción. Will Grigg fue quien más peligro llevó hasta el área visitante aunque solo pudo finalizar una jugada. El tramo central del encuentro fue el menos vistoso de toda la primera parte. Llegada la media hora de partido, Fernandinho pudo abrir la cuenta para los visitantes pero su disparo se marchó muy por encima del larguero. Seguirían insistiendo los de Manchester en el minuto 35, esta vez a través de Gündogan, quien recibió un magnífico pase de Stones pero no pudo dirigirlo entre los tres palos.
Las ocasiones se sucedían en la portería de Walton y fue el propio meta local quien detuvo el lanzamiento más peligroso de los primeros 45 minutos. Agüero realizó una brillante acción individual que no pudo culminar en gol por la intervención del arquero. Del córner de esa misma jugada llegaría la jugada polémica del partido. A falta de cinco segundos para el descanso, Delph entró a por un balón con los tacos por delante, lo que el colegiado consideró muy grave pese a tocar claramente el esférico. En un principio, Anthony Taylor llevaba la tarjeta amarilla en la mano pero algo le hizo cambiar de opinión y le mostró la roja al jugador Citizen, que obligó a su equipo a jugar con uno menos en la segunda mitad.
'Will Grigg's on fire'
La segunda parte comenzó con ambos equipos muy relajados. Ninguno buscó adelantar líneas ni crear ocasiones de ataque, simplemente esperar a ver lo que hace el rival. Pese a que el dominio de la pelota era total del City, la zaga del Wigan no visualizaba mayores complicaciones. El hándicap de jugar con un futbolista menos pareció afectar al City, que no encontraba la manera de crear una oportunidad.
Con un gran atasco de los Sky Blues, Pep Guardiola decidió dar entrada a la mejor baza que tenía en el banquillo, Kevin De Bruyne. El belga aportó ideas y profundidad al juego del equipo, que poco a poco empezó a venirse más arriba. No obstante, los espectadores tuvieron que esperar hasta el minuto 73 para ver la primera jugada de peligro. Agüero fue el protagonista aunque el mérito se lo llevó Walton con una gran intervención.
El delantero norirlandés aprovechó la única ocasión de su equipo en la segunda parte
Ambos conjuntos parecían satisfechos con un empate y la eliminatoria a un replay aunque no estaba dicha la última palabra. Un imperdonable error de Walker, que se desentendió del cuero al pensar que el juez de línea iba a pitar fuera de juego, dejó la pelota en los pies de Will Grigg, que se generó muy bien el espacio y batió a Bravo con un buen disparo cruzado. El público enloqueció con el resultado y poco tardó en sonar el histórico cántico referido al delantero norirlandés.
En inferioridad numérica, el esfuerzo de todos los jugadores del City se multiplicaba y hacía más difícil la posibilidad de forzar un partido de desempate. Los últimos minutos fueron un continuo asedio de los visitantes, que a base de la pelota parada y centros al área buscó un empate que nunca llegó.
Ahora, el Wigan recibirá al Southampton en los cuartos de final mientras que el City deberá reponer fuerzas para disputar la final de la Carabao Cup este domingo frente al Arsenal.