Para estilo innegociable, el del Deportivo

El Deportivo planteó el partido perfecto para desarrollar su juego y la jugada le salió a la perfección, dejando a la UD Las Palmas desnuda con su estilo innegociable. Los amarillos no encontraron soluciones y el conjunto gallego apretó y bajo el ritmo casi cuando quiso. De esta manera, los fantasmas regresan casi al mismo punto en el que estaban antes de la llega de Setién

Para estilo innegociable, el del Deportivo
LFP
cristianyill7
Por Cristian Gil

La UD Las Palmas comenzó su partido de una manera un tanto imprecisa, con fallos y sacando mal el balón. El Deportivo presionaba mucho y bien, con ganas y mordiendo al equipo amarillo, que tenía darle muchos balones a Varas para bascular el juego. Aún así, el conjunto de Quique Setién se rearmaba a través del toque y se venía arriba para intentar llegar al área del Lux, algo que no hacía titubear al conjunto gallego, que no se salía de su idea de juego, una cuestión que se agravaba con la poca velocidad y fluidez en los ataques de Las Palmas. En ese sentido, un error defensivo fue aprovechado por el Depor para irse para arriba con mucha claridad; Lucas Pérez condujo perfectamente la pelota para, con un pequeño cambio de ritmo, romper a Dani Castellano y colocar el balón en el corazón del área amarilla, donde Simón acabaría metiendo esa pelota dentro de su propia portería.

El gol coruñés llevó a los amarillos a intentar reaccionar, pero el equipo de Víctor Sánchez del Amo estaba tan asentado sobre el verde que no había manera de sacar la pelota jugada con claridad. Con Momo desaparecido y con Vicente Gómez muy vigilado, a Las Palmas se le estaba atragantando el pisar área, el intentar ver portería; en esos instantes el conjunto grancanario no era capaz siquiera de disparar, lo que reflejaba la enorme presión que el Deportivo estaba realizando. Las Palmas estaba lenta, pero poco a poco se fue hacia arriba Tana y Viera no conseguían llevar el balón a Araujo, las conexiones estaban siendo intervenidas una y otra vez por un Depor inmaculado, casi perfecto, llevando el guion de partido a su terreno. Aún así, poco a poco, la UD se animaba y encontró sus primeros lanzamientos a portería, primero con un mal tiro de Castellano y posteriormente uno de Roque muy centradito que llegaría a las manos de Lux.

Seguía intentando el conjunto amarillo acercarse a la portería contraria, teniendo en cuenta que su rival esperaba agazapado para encontrar una contra, aunque antes del descanso llegaría el susto. Un doble remate de Bergantiños al filo del descanso pudo convertirse en un jarro de agua fría demasiado complicado del que salir; el centrocampista mandó en dos ocasiones el balón al palo para infarto generalizado en el graderío; la suerte se alió con Las Palmas y con Javi Varas. Los de Setién no mostraban síntomas de que esa idea innegociable del técnico estuviese funcionando.

El momento y ritmo que quiso el Dépor

El descanso le sentó a la UD como un café tibio, los amarillos volvieron a salir con dudas, pero rápidamente se desquitarían con llegadas al área. En ese momento, comenzó a aparecer mucho más Momo, el dinamismo en el juego de los canarios era mucho mayor y la velocidad comenzó a hacer acto de presencia. El fútbol de Las Palmas aparecía pero no llegaba el gol, el Depor había bajado un poco la intensidad de su presión y el respiro de los jugadores locales les hacía ir un poco más a por el gol. Esa actividad se iría apagando desde el momento en que Víctor Sánchez del Amo les dijo a sus pupilos que la presión debía aparecer. El Deportivo tenía demasiado trabajado el partido, sabía por dónde hacer daño, por dónde atacar a la UD para batirla, y eso terminó descubriendo errores sangrantes y señalando a un héroe.

Los errores defensivos volverían y la UD parecía desarmada en la parte de atrás, consiguiendo que Lucas Pérez se reconectara al partido para generar cada vez más peligro. Aprovechando un error de Simón, el gallego se plantó solo ante Varas pero erró la ocasión, dejando helado al Estadio de Gran Canaria. El cansacio fue matando a Las Palmas y avivando las contras del Depor Ese primer aviso iba a ser una tónica durante la segunda mitad, algo que no afectó demasiado a Las Palmas, que se venía valiente hacia arriba. De hecho, los amarillos verían puerta aunque el gol fue anulado por fuera de juego de Viera; Nauzet tenía espacio y tiempo para rematar o avanzar un poco más, pero el de Las Mesas se quiso quitar el balón de encima y le cedió el gol a su compañero, que estaba en posición incorrecta.

A partir de ahí, el cansancio y las internadas una y otras vez de Lucas Pérez empezaron a decirle a Las Palmas que su partido estaba empezando a terminarse. El delantero deportivista se convirtió en el azote de la defensa amarilla, aprovechando cada balón, cada espacio que el rival le concedía para batirse con un Varas que estaba inconmensurable. El meta sevillano estaba siendo de lejos el mejor del partido por parte de los locales, deteniendo cada acción con peligro del Depor, incluso un doble mano a mano con Lucas Pérez. El desgaste era una premisa demasiado gorda para la UD, ya empezaba a faltar chispa y los cambios, con Wakaso jugando de lateral izquierdo y Culio sin saber muy bien donde se metía, evidenciaban la falta de ideas.

Aún así, en el tiempo de descuento Araujo tuvo el empate en sus botas de forma clara, primero controlando con el pecho un gran centro de Nauzet que remataría para que su compatriota Germán Lux se luciese, y segundo rematando ese rechace que el cuerpo de Laure evitaba que fuera entre los tres palos. Esa ocasión se transformaría en otra contra peligrosísima del Deportivo bien llevada por Fajr, dejando el espacio adecuado para que Lucas Pérez entrase por la derecha para ponerle la guinda al encuentro con un gol perfecto.

El Deportivo jugó el partido que quiso y la UD Las Palmas, con la idea innegociable de juego de Quique Setién, sucumbió de nuevo para ver aparecer viejos fantasmas y sentir un Deja Vú en forma de gota de sudor frío recorriéndole la espalda.