Gran decepción

A pesar de ser un partido amistoso , el encuentro contra el Barakaldo dejó mucho que desear. El club gijonés cometió demasiados fallos, mientras que el equipo vasco aprovechó la situación para llevarse la victoria.

Gran decepción
Paco Herrea durante un entrenamiento. Foto: VAVEL
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Por laura-vc

Después de realizar un buen partido contra el Guijuelo, y naufragar en Ferrol, el Sporting no logró levantar cabeza contra el Barakaldo y cayó derrotado por 2-0. En este último encuentro los jugadores rojiblancos parecían no entenderse, algo que aprovechó el club vasco. El resultado muestra que los asturianos deben continuar trabajando y corrigiendo errores.

Superioridad del Barakaldo en la primera parte

El Sporting no comenzó el encuentro de la mejor manera mientras que el Barakaldo saltó al terreno de juego sin miedo, algo que tuvo su resultado antes del minuto 20, cuando Buenacasa anotó el único tanto del enfrentamiento. El jugador del club vasco golpeó la pelota en el borde del área, esta botó delante del guardameta sportinguista y terminó en el fondo de la portería. No era la primera vez que este jugador se acercaba al campo del club asturiano, minutos antes disparaba hacia la frontal de la portería debido a un error de Lillo.

El Sporting no logró sobreponerse después del gol, algo que aprovechó el Barakaldo para continuar presionando a los rojiblancos mientras el público local disfrutaba. Los únicos jugadores del equipo asturiano que realizaron buenas acciones en la primera parte fueron Isma López, Carlos Carmona, y Stefan Šćepović. Los canteranos y el recién incorporado Šćepović parecieron conectar, a pesar de ello no lograron anotar ningún tanto que cambiara el rumbo del choque. Finalizaría la primera parte sin que cambiase el resultado.

Mala Segunda Parte para ambos equipos

Después de lo demostrado en la primera parte, el Sporting decidió realizar varios cambios: Whalley por Mariño, P. Pérez por Carmona y Viguera por Isma López. Esto provocó que Moi Gómez se situara a la izquierda, y Viguera se posicionara detrás de Šćepović.

Durante los siguientes 45 minutos, los asturianos intentaron dar la vuelta al encuentro, aunque sin resultado alguno. Los rojiblancos lograban llegar al área contraria, sin embargo o no encontraban un compañero que rematara o los pases se iban fuera por ser demasiado fuertes.

La jugada del partido que puede considerarse más polémica fue un gol anulado al Sporting por encontrase Stefan Šćepović en fuera de juego.

Al ver como transcurría el encuentro, el nuevo técnico del Sporting, Paco Herrera, decidió realizar más cambios: Lora por Lillo, Rachid por Sergio, Nacho por Moi, Salvador por Bergantiños y Ndi por Šćepović. A pesar de ello, el equipo asturiano no logró remediar lo hecho en los primeros 45 minutos del encuentro.

El Barakaldo también disminuyó su rendimiento en la segunda parte, lo que provocó que en los minutos finales ningún equipo tuviera la posesión del balón y solo hubiera idas y venidas que podían beneficiar tanto a uno como otro.

El encuentro finalizó con la victoria del club vasco y la decepción del entrenador rojiblanco, que se mostraba preocupado por la debilidad del equipo. "No ganamos un balón dividido a nadie", declaró tras el encuentro.

Resultado del partido: Preocupación

Al igual que Paco Herrera, cualquier aficionado del Sporting que haya visto el partido podrá decir que está desilusionado con la actuación del equipo, y no es para menos. Se esperaba ver a un Sporting que no cometiera los errores que más le dañaban en el pasado, sin embargo, tras el pitido final, la conclusión que se obtiene es que el equipo asturiano debe de continuar trabajando y solucionando aquellos fallos que tanto la perjudicaron la pasada temporada si quiere luchar por el ascenso el próximo año.

La temporada que viene  va a ser dura, extremadamente competitiva se podría decir. La Segunda División está llena de equipos igualados que van a luchar con todas sus fuerzas por el primer premio: el tan ansiado ascenso a Primera División, y si el Sporting quiere conseguirlo deberá de trabajar muy duro y encontrar remedio a sus tremendos errores antes de que empiece la competición.