Los jugadores se marcharán más, tal vez tengan menos oportunidades con el primer equipo, pero que La Masia sigue fabricando futbolistas de muchísimo nivel es algo que cualquier aficionado a este deporte entiende, conoce y comparte. Una evidencia de esta premisa la podemos encontrar en las categorías inferiores de la Selección Española, en las que la presencia azulgrana, a parte de ser numerosa, es muy importante.

Abel Ruiz y Mateu Jaume son dos de los últimos jugadores que han salido de la fábrica de talentos culé y destacan por su calidad. Eso no pasa desapercibido por el seleccionador español, que conoce de buena mano el nivel de ambos jugadores y la importancia que deben tener (y tienen) en la Selección sub-17.

Y es que después de conquistar el Europeo este mismo año, ahora los hombres de Santi Denia van a por más y quieren hacerse con la Copa del Mundo en la India. Muchas de las esperanzas para lograrlo están depositadas en los dos integrantes de la plantilla culé, Ruiz y Morey, que han compartido sus opiniones antes de ponerse manos a la obra.

Ambos jugadores destacan el buen rollo que habita tanto en el Barça como en la Selección y, más concretamente, entre ellos dos. Este buen entendimiento se manifestó en el gol que marcó Morey en la final del pasado Europeo, y su compañero Abel así lo admite:  “Siempre lo hablamos. Hacer esos pases al hueco, porque él sube muchas veces y se mete por dentro”.

El Mundial en el horizonte

El propio Abel dice que el objetivo y las ganas del Mundial viene de meses atrás: “La noche después de ganar la Eurocopa ya estaba soñando con levantar la del mundo. La ilusión que tenemos en conseguirlo, sabiendo que no lo ha conseguido nadie antes, es increíble. No paramos de hablar de eso. Además, estuvimos un mes juntos en la Eurocopa y tenemos muchas ganas de volver a vernos todos”.

Mateu Jaume, por otro lado, explica que "la clave del éxito es que hemos escuchado todos los consejos: los del míster, los de Abel… Nos hemos sabido escuchar, hemos sabido mejorar juntos, y eso al final ha dado sus frutos". Y es que Abel es el capitán del equipo, cargo que asume con mucha responsabilidad: "Es un orgullo llevar el brazalete. Todos tenemos la misma edad y es complicado, pero intentaba ayudar a los compañeros con lo que aprendí el año anterior".