Jorge Romero Sánchez, un hombre de club

Tras la destitución el pasado mes de diciembre de Juan Merino debido a los malos resultados obtenidos y situarse en puestos de descenso, Jorge Romero, hasta entonces técnico del filial, ha cogido las riendas del equipo califal.

Jorge Romero Sánchez, un hombre de club
Jorge Romero Sánchez: un hombre de club // Córdoba CF
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Por Pablo Fernandez Diaz

Después de nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria, es decir, desde mediados de octubre, la directiva del Córdoba decidió destituir a Juan Merino y conceder las riendas del vestuario a un hombre de la casa como es Jorge Romero.

Desde 2009 lleva el míster en el club. A pesar de su juventud, Jorge llegó a una edad muy temprana a ser entrenador de las categorías inferiores, específicamente del cadete B del Córdoba, realizando una estupenda labor. Continuó dos años más con el cadete A, realizando además la labor de scouting, es decir, el encargado de analizar a los rivales del primer equipo cordobés.

Tras esta excepcional labor desempañada, el nuevo míster paso a ser entrenador del Córdoba B, salvándolos del descenso la temporada pasada y renovando por dos años más con el club andaluz.

Los malos resultados cosechados por el primer equipo, unidos al mal juego desplegado y la falta de reacción por parte de Juan Merino, ha hecho que la directiva tome la decisión de colocar a Jorge al frente del equipo.

Tres partidos lleva el joven técnico en el banquillo, cosechando un empate, una derrota y una victoria. Para la situación en la que se encuentra el equipo, se podría decir que ha habido cierta mejoría con el poco tiempo que lleva Jorge Romero al mando. Pese a que van a visitar un campo tan complicado como es El Molinón, vienen de endosarle un contundente 5-0 al Reus y con la moral por las nubes.

Ambos conjuntos llegan necesitados de puntos, tanto el Córdoba para salir del descenso, como el Sporting para volver a meterse en la zona alta de la clasificación. Pese a que el partido tendrá lugar el día de Reyes y a una hora nada apetecible, se espera un buen ambiente, con una buena entrada, como viene siendo habitual en el feudo rojiblanco.