El positivismo que se plasmaba en las gradas del Salto del Caballo tras la victoria ante el Pontevedra apenas ha aguantado 90 minutos más. De hecho, ha sido el propio Unión Adarve el que ha barrido tales sensaciones de un plumazo en la parroquia verdiblanca.

Con todo a favor y el aire fresco en el banquillo toledano, el equipo verdiblanco recibía al Adarve con ganas de conseguir una segunda victoria consecutiva que le aumentara la confianza que empezaba a crecer dentro de él. Con novedades en el once, debido a los refuerzos invernales, el Toledo ha funcionado poco más de 45 minutos. Un peso pesado en la plantilla como Expósito dejaba su puesto en el once a Aldalur, y lo mismo ocurría con la entrada de Riera en banda izquierda. Sin embargo, este "renovado" Toledo no supo sentirse protagonista con el esférico como tanto presume. El cuadro madrileño se presentó sobre el césped del Salto del Caballo con una línea de presión muy alta desde el inicio que auguraba mucho sufrimiento para la defensa local.

Los primeros compases del partido no denotaban un dominador del esférico claro pero sí que presentaban a un Toledo más incómodo que en otras ocasiones. Con todo, el Toledo mostraba primero sus armas con varios destellos de Adrián Riera por banda izquierda, un debutante que desde el primer minuto quería sentirse importante en el terreno de juego.

Pese a todo, la primera ocasión de peligro la presentó el Adarve cuando Auñon flitró un pase en el área que dejaba solo a Héctor frente a Alcolea. El guardameta local se hizo gigante en esos metros y con una parada de balonmano venció el duelo que presentó ante Héctor. Pocos minutos después llegaría el gol del Toledo. Al cuarto de hora de partido, el Toledo protagonizaba una de las jugadas más bonitas del encuentro. En ella, participaron a un solo toque de balón, Usero, De Lerma, Figueroa y Ortí, que vio el desmarque de Riera en el área, para que este con mucha tranquilidad picara la pelota ante Parras y marcara su primer tanto con la camiseta verdiblanca. Golazo de un chaval que parecía llevar jugando sobre ese césped ya una década. Esa jugada, quizás sería lo más positivo del Toledo en lo que restaba de encuentro.

Los minutos posteriores al gol local dejaron a un Toledo incómodo en el terreno de juego y que no terminaba de imponer su estilo. El mérito claramente fue del Adarve que, acumulando muchos jugadores en el centro del campo, descolocaba a sus rivales y los obligaba a jugar a un fútbol más directo y aéreo, en el que Héctor Gómez se postuló como el rey. Con el paso de los minutos, el cuadro visitante le fue comiendo la tostada al Toledo y sin crear muchas ocasiones de gol, porque el Toledo hasta el momento se mostraba férreo en defensa, se encontró con el premio del gol a las puertas del descanso. Una prolongación a un saque de puerta de Parras provocó una precipitada salida de Alcolea, el cual dejaba un balón muerto en la frontal y que bien recogió Héctor para poner el empate en el marcador.

En la segunda mitad, los locales fueron a peor. La inseguridad y la distancia entre líneas se apoderó del centro del campo verdiblanco hasta hacer creer al  Adarve que podía ganar un partido en el que el empate no era negativo. Los lobos se disfrazaron por carnaval y lo hicieron de gigantes. Comandados por Jesús Bernal en la sala de máquinas, el Adarve iba creciendo en el partido poco a poco, a base de intensidad y buena colocación de los suyos. Los cambios de Víctor Cea otorgaron al equipo madrileño de la creatividad ofensiva de la que carecían, y en otro rechace de la zaga local, el recién entrado Garci envió el balon al fondo de la red. Con el marcador en contra, Falcón movió el banquillo y dio entrada a la velocidad de Montiel y Reina, pero el centro del campo seguía sin generar ideas y el Toledo apenas increpó la portería defendida por Cristian Parras. El Toledo lo intentaba mediante balones al área, pero la superioridad aérea era tan notable, por parte del  Adarve, que empobrecía aun más el juego verdiblanco. 

Héctor haría un doblete al cerrar el marcador en una contra durante el tiempo de descuento. Centro por banda izquierda que Garci salva en línea de fondo y deja en bandeja a Héctor para sentenciar el encuentro. Pitos y sobre todo, decepción, eran las primeras reacciones plasmables entre los aficionados presentes al Salto del Caballo. Los lobos con disfraz de gigante celebraban en el centro del campo algo más que tres puntos, mientras la afición toledana le regalaba un bonito homenaje a Iván Mateo. Sensaciones. A raíz de ellas se define esto que llamamos fútbol.

Puntuaciones
Héctor Gomez 3 puntos
Adrián Riera 2 puntos
Jesús Bernal 1 punto