El Tenerife visita Tarragona el próximo domingo 4 de marzo. Los canarios llegan de ganarle al Lugo (3-1) el lunes, después de que se aplazara el partido.
Será el cuarto encuentro del nuevo técnico blanquiazul, Joseba Etxeberria. El entrenador vasco ha conseguido dos victorias y un empate. Con él en el banquillo, la intensidad se ha vuelto una máxima en cada partido.
La posesión no es obligatoria para ganar los partidos, particularmente en segunda división. El futbol de toque no prolifera en la categoría de plata y priman más los resultados que un juego vistoso. Un claro ejemplo es este Tenerife, que sin tener un gran dominio del balón ha sacado buenos resultados. Es más, la media de la posesión en las nueve victorias cosechadas está por debajo del 50%. La mayor victoria de los canarios (5-1) llegó con un 36,4% de la posesión del balón.
La zaga grana tendrá que estar despierta a la tripleta atacante, Juan Villar; Álex Mula, y Samuele Longo. El delantero italiano es el máximo goleador de los blanquiazules. Llega en un excelente momento de forma después de participar en los tres goles del partido contra el Lugo. Aitor Sanz es también uno de los más destacados del equipo, llevando timón del centro del campo.
Las segundas partes no son siempre malas
El Tenerife es un equipo que acostumbra a dejar el trabajo para última hora. Los números reflejan claramente que es en la segunda parte cuando los tinerfeños se meten en el partido y ganan su mayoría de puntos.
En el segundo acto, han sido capaces de meter hasta 24 goles, por los 15 cosechados en el primero. Los tantos en contra reflejan la misma línea, ya que han recibido han perforado su portería casi el doble de veces en los primeros 45 minutos que en los segundos.
Esta característica se agudiza en los dos últimos cuartos de hora, en los que ha anotado 20 de los 38 goles hasta ahora. El Nàstic ya sabe lo que es sufrir el arreón final de los canarios. En su visita al Heliodoro perdieron el partido concediendo dos goles en la última media hora. Los grana tendrán que vigilar no repetir el bajón sufrido en el Miniestadi si quieren revertir los malos números en casa.
Como en casa en ningún sitio
El conjunto blanquiazul llegará al Nou Estadi con unos números como visitante que no apuntan al optimismo. Solo han sido capaces de ganar dos veces en las catorce jornadas disputadas lejos de las islas. A parte, los registros goleadores también son muy pobres respecto a los obtenidos en el Heliodoro: han marcado casi la mitad de goles fuera de casa y han recibido el doble.
Pese a estas estadísticas negativas, ante ellos estará un Nàstic que tiene el dudoso honor de ser uno de los peores locales de la categoría, hecho que podría pronosticar un duelo parejo.