El pasado domingo, el Real Sporting de Gijón se impuso a la Unión Deportiva Almería en territorio andaluz. El resultado final fue de uno a tres. Los de Baraja encajaron tan solo un gol, tras un más que dudoso penalti cometido por Álex Pérez, en el último minuto.
El gol que encajo Diego Mariño en Almería supuso el final de una racha de más de 750 minutos sin encajar un gol. Gran parte de la culpa de esa buena racha la tienen los defensas.
La defensa titular de Rubén Baraja siempre ha estado formada por Jordi Calavera, Álex Pérez, Federico Barba y Roberto Canella. Pero en las últimas semanas, tras las repetidas y ocasionadas lesiones de Barba o Álex Pérez, la zaga ha ido variando.
En el centro de todas estas rotaciones está el nombre de Alberto Guitián. El jugador llegó en enero para volver a formar parte de la disciplina rojiblanca, tras haber pasado media temporada con el primer equipo asturiano en 2016. El jugador escogió el dorsal 23 que había dejado libre Moi Gómez.
Desde su vuelta ha jugado en repetidas ocasiones, y ha dado la talla en todas ellas. Su buen rendimiento en partidos como el que jugó contra el Numancia o el que disputó ante el Huesca junto a Juan Rodríguez en la zaga, ha hecho que el jugador empiece a sembrar dudas sobre si merece o no ser titular indiscutible, por delante del italiano Barba. Además, su pasado en la Escuela de Fútbol de Mareo siempre ayuda a que la afición sienta preferencia por él.
Guitián es, sin duda, otro acierto de la dirección deportiva. Torrecilla ha realizado un gran mercado invernal, trayendo a jugadores explosivos como Jony o Nano Mesa y jugadores seguros y polivalentes como Hernán y el mismo Alberto Guitián. Un mercado invernal que ha reforzado de una manera espectacular al equipo rojiblanco