Hace menos de una semana, al acabar el encuentro ante la Real Sociedad en Anoeta, y encajar un severo correctivo sin paliativos (5-0), el Girona parecía un equipo sin gasolina, justo de fuerzas, lo que es lógico y normal por otra parte por los enormes esfuerzos que ha realizado durante la temporada. Un punto de nueve posibles alejaban un poco a los de Machín de las aspiraciones europeas. Este viernes el equipo tenía otra reválida frente a uno de los conjuntos más en forma de las últimas jornadas, el Real Betis.
Pese a la derrota por 0 a 1 con gol de Loren Morón, el conjunto gerundense volvió a ser el de siempre, compitió de tú a tú, con sus señas de identidad y, sobre todo, intentando hacer daño desde las bandas. Unas bandas que ayer fueron distintas a lo que tiene acostumbrado al aficionado el equipo catalán. Machín hizo dos cambios en el descanso y planteó una defensa de cuatro por vez primera en el curso, con Ramalho y Aday como laterales y Mojica y Portu por delante y más libertad para buscar la línea de fondo y poner centros para Stuani y el 'Choco' Lozano. Sin embargo, el marcador no se movió.
Fondo de armario justo
Desde su llegada a Montilivi, Pablo Machín no ha sido muy amante de mover aquello que funciona en el terreno de juego. En este sentido, pocas veces ha usado su fondo de armario y ha confiado siempre en 14 o 15 jugadores de su plantilla. Es cierto que los titulares han ofrecido un gran rendimiento durante la temporada, pero no menos cierto es que los Bernardo, Juanpe, Mojica, Aday, Pere Pons, Granell, Portu, Borja o Stuani no han tenido apenas descanso y acumulan muchos minutos en sus piernas. Quizás para esta recta final de campaña el cuerpo técnico haga algún cambio, y Muniesa, Alcalá, Timor o Aleix García podrían ser muy útiles si esto sucede. Poco se ha contado con Planas, Eloi, Douglas Luiz u Olunga.