Un 29 de agosto de 2009, en un partido en Segunda División en el que se enfrentaban el Celta y el Numancia, Eusebio sacristán decidió dar la alternativa en uno de los laterales a un joven canterano que estaba destacando con el Celta B. Aquel joven canterano, comenzó desde ese momento a afianzarse poco a poco en el lateral derecho, llegando, nueve años después, a ser uno de los mejores laterales de Primera y el dueño de la banda derecha en Balaídos.
Hugo Mallo llegará este fin de semana a los 300 partidos vistiendo la camiseta del R.C. Celta de Vigo. Una larga carrera como celeste, para uno de los mejores canteranos de toda la historia del club. Solo seis futbolistas a lo largo de la historia han alcanzado los 300 partidos con el Celta, Manolo, Atilano, Maté, Vicente, Juan y Santiago Castro. Ninguno de los jugadores que han militado en el Celta en las últimas dos décadas ha alcanzado semejante registro. Pese a su corta edad, en junio cumplirá 27 años, ha llegado a una cifra histórica en el club que le vio nacer. Está a punto de convertirse en el séptimo jugador con más partidos como celeste, y con una carrera extensa aun por delante, desde el club esperan que esta cifra pueda seguir aumentando hasta llegar a alcanzar los 532 partidos que disputó Manolo, una de las leyendas del Celta.
Un periodo de tiempo en el que el gallego ha crecido como futbolista. En las primeras temporadas el lateral no se atrevía a subir, siendo muy seguro en defensa pero sin llegada al área contraria, sin embargo, a base de partidos y de experiencia, se ha convertido en un lateral incansable y con mucho peligro en el campo rival. Una producción ofensiva que le ha hecho anotar algún gol de bella factura y ser uno de los máximos asistentes del equipo temporada tras temporada.
El capitán celeste es, a día de hoy, uno de los mejores laterales de Primera División, un defensor completo, fiable y que siempre aporta seriedad, entrega y personalidad. Un modelo a seguir para todos aquellos canteranos del Celta que sueñan con llegar algún día a ser parte del primer equipo. Un ejemplo derrochando esfuerzo, trabajo y humildad tanto dentro como fuera del campo, que le ha hecho ser uno de los jugadores más queridos por la afición celeste.