El Numancia salvó un empate en el último suspiro del encuentro frente a un correoso Osasuna que volvió a la realidad con el gran testarazo de Higinio. Y es que los navarros tuvieron muy cerca los tres puntos, pero pagaron caro su conformismo y su falta de concentración en el balón parado. El punto, si bien no contenta a ninguno de los dos, deja con más opciones de Playoff a los locales, que se quedan a un punto del Cádiz. Los de Diego Martínez tienen los puestos de privilegio a dos puntos, restando seis por jugarse en las últimas dos jornadas que prometen ser de infarto.

Inicio local sin fluidez

Los primeros minutos del encuentro fueron de dominio local. El Numancia, más por empuje que por calidad, se acercaba a la meta de Sergio Herrera en una declaración de intenciones, solo valía ganar. Los hombres de Jagoba Arrasate conseguían dos saques de esquina tempraneros para meter el miedo en el cuerpo a los navarros. Manu del Moral remataba uno de ellos alto, en lo que sería el primer disparo del choque.

Respuesta visitante

Sin embargo, el Osasuna comenzó a quitarse la presión de encima. Los visitantes, comandados por un gran Borja Lasso, empezaban a inquietar a la parroquia soriana. Oier tuvo una gran ocasión a pase de Lucas Torró pero la zaga rojilla repelió el balón con acierto. Cuando el partido parecía llegar al descanso sin goles ni ocasiones claras, tuvo que ser Aitor Fernández quien despejara de forma magistral un remate a bocajarro Oier. Fue Borja Lasso el que dibujó un gran pase para Rober Ibáñez y este quien puso el balón en el segundo palo para la llegada del capitán navarro. Cuando la afición visitante cantaba el gol, apareció Aitor Fernández, majestuoso, inconmensurable, sin calificativos, para llegar de palo a palo y evitar el tanto de Osasuna.

Otro error a balón parado del Numancia

Los de Jagoba Arrasate comenzaron la segunda parte más fluidos, con mejores ideas y llevando el peligro a la portería rival. Sin embargo, cosas del fútbol, fue cuando mejor estaba el cuadro local cuando llegó el tanto visitante. En una jugada idéntica a la sufrida hace quince días frente al Valladolid (saque de falta lateral por el flanco izquierdo de ataque del rival), Quique adelantaba a los suyos ante la desesperación de la parroquia local y el delirio de la afición visitante. El delantero del Osasuna remataba a la red un servicio de Fran Mérida al imponerse en el salto sobre Unai Medina. Otra vez que el Numancia no defiende bien una acción a balón parado. Los sorianos han encajado tres goles en los últimos tres encuentros de esta misma manera.

A partir de entonces, el Numancia se dedicó a buscar a la desesperada el gol. Jagoba Arrasate movió el banquillo, dio entrada a Nacho, Guillermo e Higinio. Sorprendentemente el técnico no retiró a Pere Milla, que estaba jugando uno de sus peores partidos con la elástica numantina, y optó por quitar a Pablo Valcarce, Ripa, y Manu del Moral.

Y en el minuto 90...

El Numancia se fue arriba, con más corazón que cabeza y espoleado por una grada que le llevaba en volandas, siendo el número 12 de los locales. Mientras, los visitantes se dedicaban a dejar pasar el tiempo ante la desesperación de los aficionados locales. Pape Diamanká tuvo el empate pero Manu Herrera (que había salido en sustitución del lesionado Sergio Herrera) despejó el esférico. Nacho también lo intentó, pero se topó con otro defensor visitante, que desvió a córner. Fue entonces cuando llegó el momento de Higinio. Íñigo Pérez sirvió el saque de esquina al segundo palo. Ahí, imperial, se elevó el delantero murciano para conseguir la igualada y dejar la esperanza intacta en Soria. Con el pitido inicial, los numantinos se quedan a un punto de la promoción, mientras que los navarros a dos. Con seis puntos por jugarse, esto promete tener un final no apto para cardiacos.