Difícil momento el que atraviesa el Sporting. Con la del pasado viernes en Tenerife, ya son tres derrotas consecutivas del cuadro asturiano, precisamente un tramo de temporada en el que no se puede fallar. A pesar de todo el debate sigue vivo, a día de hoy, ¿es posible el ascenso directo? Como se suele decir, nada es imposible, y mucho menos en el maravillosos mundo del fútbol. Lo que sí que es cierto es que las opciones son muy escasas.
Con su victoria en Lugo, el Huesca ya ha certificado su ascenso de forma matemática y, por primera vez en su historia, los de Rubi competirán en la élite del fútbol español.
Dicho esto, ya solo queda un billete disponible para el ascenso directo. El Rayo Vallecano lo tiene en su mano, pero en Gijón todavía no quieren tirar la toalla. El Sporting no depende de sí mismo, ni mucho menos. Para que los de Baraja pudiesen alcanzar ese segundo puesto, tendrían que ganar los dos partidos restantes y esperar a que los de Vallecas perdiesen uno y no pasen del empate en el otro (los de Michel se enfrentarán a Lugo y Nàstic, en Vallecas y Tarragona respectivamente).
Dejando los números y los supuestos a un lado, el objetivo más importante para el Sporting es el de recuperar sensaciones de cara a un muy probable play off, en el que no siempre gana el mejor, sino el que llega con una mejor actitud y motivación. Para ello el conjunto asturiano debería de centrarse en tratar de hacer dos buenos partidos frente Granada CF y Córdoba CF para, además de soñar con la segunda plaza, garantizar el tercer puesto, hecho clave de cara a una promoción de ascenso en la que el tercer clasificado goza de algún que otro privilegio respecto a sus rivales.