Aforo limitado en Mareo

Tan solo 1.170 afortunados podrán presenciar en directo la vuelta de la segunda ronda del playoff de ascenso a Segunda División entre el Sporting de Gijón B y el Elche CF en la Escuela de Fútbol de Mareo.

Aforo limitado en Mareo
Aforo limitado en Mareo // Imagen: Diego Blanco - VAVEL
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Por Fer Rodríguez Martínez

Como era de esperar después de que el primer equipo del Sporting de Gijón finalizase la temporada regular en cuarta posición, el filial rojiblanco se ve obligado a disputar el que, hasta la fecha, es el partido más importante de su historia, la vuelta de la segunda ronda del playoff de ascenso a Segunda División ante el Elche CF, en la Escuela de Fútbol de Mareo y, por razones de seguridad, con aforo restringido. Una lástima…

Tal y como apunta el propio Sporting en un comunicado oficial emitido esta mañana en su página web, "como consecuencia del restrictivo aforo de las instalaciones del campo número uno de Mareo que establece el plan de Autoprotección en cuestiones de seguridad, y la alta demanda de público que se prevé para dicho encuentro, el club tan solo podrá permitir el acceso a un máximo de 1.170 espectadores".

Es por ello que, tal y como sucediera en el encuentro de la primera ronda del playoff ante la UE Cornellà, el Sporting ha decidido poner en marcha las taquillas de El Molinón – Enrique Castro 'Quini' para que los abonados interesados en acudir al encuentro del filial retiren sus localidades. Eso sí, "hasta agotar existencias". Las taquillas permanecerán abiertas el viernes desde las 10:00 horas hasta las 13:30 horas y desde las 17:00 horas hasta las 20:00. Asimismo, siempre y cuando aún queden entradas libres, el horario para el sábado será de 11:00 horas a 13:30 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

Este hecho no solo complica los planes de la afición local, que aspiraba a llenar El Molinón para apoyar a sus 'guajes', sino que también ha provocado una gran polémica con los seguidores del Elche. Y es que, dadas las reducidas dimensiones del campo número uno de Mareo, el Sporting se ha visto obligado a enviar apenas un centenar de entradas para la afición visitante, generando así un notorio descontento.