La pegada levantinista condenó la falta de acierto en ataque

Los verdiblancos, que dispararon hasta 22 veces, sucumbieron ante la efectividad del cuadro granota y cosecharon una dura derrota en su estreno liguero.

La pegada levantinista condenó la falta de acierto en ataque
Pau López, Feddal y Junior se lamentan mientras Morales celebra el 0-3 definitivo | Foto: LaLiga Santander.
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Por Miguel Cristino

El Betis se vio superado por las embestidas del Levante, que parece mantener el mismo estado de gracia con el que finalizó la pasada campaña. Un tanto de Roger y dos de Morales, el primero de bellísima factura, dieron los tres puntos al conjunto visitante.

Baño de realidad

Las expectativas gestadas tanto en el equipo como en la afición eran altísimas antes del pitido inicial. Una gran pretemporada, con apenas una derrota, y la llegada de los fichajes para incrementar el nivel de la plantilla parecían ingredientes suficientes para afrontar el primer partido de temporada con optimismo. El rival, con todos los respetos del mundo, también daba la sensación de ser más idóneo que el Barcelona, al que los heliopolitanos se habían medido en la jornada inaugural de los últimos dos cursos.

Pero el Levante quiso dejar claro que lo de las últimas diez jornadas de la pasada temporada, en las que fue el mejor equipo de Primera División, no fue casualidad. Y aunque ayer no practicase un fútbol cargado de alardes técnicos, sí supo sacarle el máximo partido a sus armas hasta el punto de acabar goleando a los de Quique Setién haciendo gala de una incuestionable pegada y de una capacidad letal para armar el contragolpe.

La derrota de ayer, abultada o no, ha caído como un jarro de agua fría en Heliópolis. Probablemente, el tiempo deje el 0-3 de la primera jornada como una mera anécdota, siempre y cuando se tome como aprendizaje para no volver a cometer los mismos errores. En definitiva, no pocas cosas que mejorar, pero mucho tiempo por delante para poder hacerlo.

Posesión abrumadora, pero ineficaz

El Betis dominó el esférico de cabo a rabo durante los 90 minutos. Tanto que alcanzó un 77% de posesión. Pero en esto del balompié no hay ninguna ley escrita y no por tener más tiempo el balón es sinónimo, ni mucho menos, de alcanzar el triunfo una vez que el colegiado indica el camino a las duchas.

Que sí, que desde que Quique Setién se sienta en el banquillo del Benito Villamarín este equipo ha encontrado una identidad que le ha hecho ganarse el respeto y la admiración de otros conjuntos, algo en lo que andaba huérfano desde hacía muchos años. Pero claro, ser protagonista del balón es positivo siempre y cuando se haga, como todo en esta vida, con sentido y provecho.

Ayer no fue el caso. No es algo para llevarse las manos a la cabeza porque ya funcionó el año pasado y lo que está bien nunca debe cambiarse. Lo que sí es cierto es que al equipo le faltó ser práctico con el cuero, como bien demostró en la mayoría de encuentros del pasado campeonato y, sobre todo, en el último tercio del mismo.

Fragilidad defensiva

El Levante disparó a puerta cuatro veces y perforó las mallas de la portería defendida por Pau López en tres ocasiones. Y probablemente el arquero catalán, que quizás solo pudo hacer algo más en el 0-3, fue el menos culpable de ello. Incluso, antes del tercer gol granota, realizó una buena parada a Morales.

En cambio, en los dos primeros goles del cuadro de Orriols la defensa no mostró la contundencia que a toda zaga de Primera División se le exige. Primero fue Zou Feddal, cuyo fallo propició el tanto de Roger. El marroquí, poco asiduo a estos errores, volvía a jugar un partido oficial tras lesionarse a principios del pasado mes de febrero y es muy probable que pagase de esta forma la inactividad.

De la misma forma, Marc Bartra no estuvo tampoco acertado para rebañarle el balón a Morales en su maradoniano recorrido hacia la portería de Pau López, ante el que no perdonó.

El Betis de ayer recordó en este sentido al de la primera vuelta de la pasada campaña, en el que acusó su valentía ofensiva con una severa sangría de goles encajados. Accidente o no, está claro que si un equipo quiere aspirar a volver a ocupar los puestos altos de la tabla debe mostrarse sólido en facetas defensivas.

Muchas llegadas a la portería rival, nulo acierto

Toda la pegada de la que disfrutaron los de Paco López le faltó a los verdiblancos. Y es que no fueron suficientes los veintidós intentos que realizaron durante la contienda. Tal fue el poco grado de acierto que dos terceras partes de éstos se marcharon fuera de la portería de Oier.

Y realmente, del resto de tiros tan solo los de Junior, en el primer tiempo, y de Inui, en la segunda parte, obligaron a esforzarse realmente al guardameta nacido en Irún.

Desde luego no se le pueden poner quejas a este conjunto en lo que a la creación de jugadas se refiere. Sí, en cambio, en lo que respecta a su finalización. El pasado curso, los heliopolitanos fueron incrementando su efectividad a puerta a medida que transcurrían las jornadas hasta el punto de consagrarse como el segundo equipo con mayor porcentaje de acierto, solo por detrás en este aspecto del Barcelona.

La presión en tres cuartos de campo y las recuperaciones, lo más positivo

Quique Setién dijo en su día que tanto de las victorias podían sacarse conclusiones negativas como de las derrotas podían extraerse aspectos positivos.

En el día de ayer, más allá de lo que evidencia perder en casa por tres goles de diferencia ante un rival a priori inferior, el Betis se mostró muy incisivo presionando en tres cuartos de campo durante todo el partido.

Esta virtud permitió que recuperase la bola hasta un total de 63 veces a lo largo del encuentro. Robar el esférico al rival en esta zona del rectángulo de juego siempre brinda muchas más opciones para asaltar la portería de aquél, y esto es algo que bien tienen aprendido los pupilos del técnico cántabro desde el pasado ciclo.

Manteniéndola en futuros compromisos y con un poco más de acierto de cara a puerta además de recuperar la seguridad en defensa, la derrota de ayer quedará, a buen seguro, en algo eventual.