MVP Atlético - Huesca: Koke y Thomas, doble pivote dominador y dinámico

El premio al mejor jugador del Atlético de Madrid en la jornada 6, será compartido entre los dos hombres más importantes de la victoria frente al Huesca.

MVP Atlético - Huesca: Koke y Thomas, doble pivote dominador y dinámico
Thomas se asoció con Koke para derrotar al Huesca. Fuente: Atlético de Madrid
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Por Francisco ArrietaArtigas

Revolucionó el once inicial Diego Pablo Simeone, dando entrada a jugadores inesperados, debido a la semana de tres partidos que le espera a una plantilla, que viene de disputar Champions la pasada semana y que la que viene volverá a dicha competición, avecinándose una acumulación de tres semanas sin descanso intersemanal. 

Con esta situación, y debido a las dudas del equipo en algunas fases de los partidos, aparecieron en el once el joven Carlos Isaac, Thomas Partey acompañando a Koke en la medular, y Ángel Correa cayendo al costado diestro. 

Y le salió de maravilla la combinación al técnico porteño, que vio en su improvisado doble pivote a los dos hombres más determinantes del encuentro, ganando con eficacia y jerarquía a un Huesca que intentó proponer en la segunda mitad con un Atleti a medio gas. 

MVP compartido, Thomas y Koke fueron la potencia y la magia

El primero de los MVP del partido, es para el centrocampista ghanés Thomas Partey, novedad en el once del Cholo que le salió la perfección su apuesta por el músculo del mediocentro canterano por el conjunto rojiblanco, debido a que aportó los valores predilectos del entrenador argentino: garra, entrega, dureza física, seguridad táctica y llegada con criterio. 

Su partido contra el Huesca le encumbra como una opción más que fiable para el equipo colchonero, pudiendo ver en él algo más que un sustituto de Saúl, Koke y Rodri, llamando a las puertas de la titularidad para demostrar que puede ser una garantía en ese medio del campo tan necesitado de elementos diferenciales, en muchos tramos densos de los partidos en los que los rojiblancos no saben meter mano a los equipos mediante ataque posicional. 

Su entendimiento con todo el frente de ataque fue asombroso, siendo capaz de asociarse no solo con su compañero horizontalmente, Koke, si no dejando tocando con Correa, Lemar o Griezmann  cuando bajaban a recibir. 

Su imponente planta (185 centímetros), hacen del jugador de 25 años un auténtico muro para el rival, siendo un futbolista de gran presencia que, acompañada de su persistente influencia y conexión con el juego, le convierten en un dolor de cabeza para los rivales. 

En el partido contra el Huesca, consiguió un total de 85 pases acertados, suponiendo esto el 91% de acierto, supliendo con garantías las prestaciones habituales de Rodrigo Hernández, dominador en esta estadística, siendo una solución permanente para el juego de creación del equipo que, lejos de aprovechar los ataques posicionales, fueron fieles a la idea que tantas alegrías les ha dado, empleando un ritmo elevado en el nacimiento de la jugada, acelerada con un Thomas enchufado.

Ganó la mayoría de duelos que tuvo, perdió un solo balón en los 90 minutos y salió airoso en los tackles que disputó, mostrando un nivel físico y mental acorde a lo que se le exige a un equipo que quiere disputar todas las competiciones. 

El premio a sus buenas sensaciones, llegó en el minuto 30, cuando en una jugada de toque por la derecha, recibió un balón a varios metros de la portería, estando en posición tres cuartos de cancha, pero posicionalmente bien defendido por la zaga aragonesa. 

De pronto, su paciencia pareció acabarse, sacándose un derechazo potente y ajustado que se coló en la portería de Werner, dejando impresionado a todo el Metropolitano que asistió a un gran gol del jugador nacido en Ghana

Golazo y despliegue físico de un Thomas, que está llamado a hacer grandes cosas en este equipo, entrando de puntillas en una plantilla, que necesitará de sus servicios siempre que mantenga ese gen competitivo que tan del gusto del Cholo es.

Koke estuvo fino en la distribución contra el Huesca. Fuente: Getty Images
Koke estuvo fino en la distribución contra el Huesca. Fuente: Getty Images

Y su compañero de baile en el doble pivote no fue menos. Koke Resurrección no quería perderse la fiesta del Wanda y decidió impartir una clase magistral de fundamentos de centrocampista. 

Sus datos hablan por sí solos: 111 pases acertados con un 98% de acierto en el mismo. Sencillamente, un espectáculo. 

Se notó este dato sobre el césped, puesto que sus pases no fueron todos en zona sin riesgo, si no que aceleró el ritmo de jugada y filtró pases entre línea y a la espalda de la defensa, dando valor doble a la dificultad de los desplazamientos. 

Puso en claro que su posición natural, debe ser en el inicio de la jugada, dando el pase de seguridad y esperando el momento justo por si se presentara la ocasión de buscar pase al hueco ya que calidad atesora y a raudales. 

Dejó entrever que sus virtudes son mejor explotadas formando doble pivote que como interior en la banda, zona en la que sufre y se ve mermado su costado debido a sus condiciones de elaborador de juego. 

Su buen sentido táctico y despliegue sin balón, hacen del madrileño un futbolista esencial para la disciplina defensiva del conjunto colchonero, al mismo tiempo que lo acompaña con el correcto posicionamiento a la hora de ofrecerse para recibir cuando un compañero es presionado, siendo un desahogo constante para los atacantes del equipo en fase ofensiva. 

Una labor en la sombra que contra el Huesca se vio enaltecida, siendo una jugada iniciada por la derecha por él, la que desembocó en el zapatazo de Thomas, al mismo tiempo que fue el propio Koke el que consiguió filtrar un pase preciso, al hueco y de una visión de juego fuera de lo común, al que Correa llegó para despistar sin llegar a tocar el cuero, haciendo que el gol fuera para el mediocentro canterano del equipo rojiblanco. 

Si bien su primera parte no fue quizá tan lúcida como la de Thomas o la de Correa, fue el eje sobre el que se asentó el equipo en la segunda mitad para contemporizar el juego y dormir el partido mediante una organización liderada por Koke, que posicionó al conjunto de la capital para no sufrir contratiempos en los restantes 45 minutos, haciendo gala de sus dotes en la dirección de juego. 

Mención de Honor:  Ángel "El Demonio" Correa

Sin lugar a dudas, su primera parte fue un recital de lo que pide Simeone a sus interiores, dejándose caer a banda cuando era necesario, viniendo al centro a asociarse cuando el juego así lo requería y desbordando sin excederse cuando se daba la posibilidad.

Contra el Huesca se vio a un Correa más sobrio pero igual de eléctrico, participando más en el último pase de lo que tiene acostumbrado, tal y como se vio en el primer tanto, en el que el mérito es suyo casi al completo por ese pase entre líneas que rompe el sistema defensivo rival y deja solo a Costa que asiste a un Griezmann sin oposición. 

También suya es la dejada de cara previo al tanto de Thomas desde fuera del área, vislumbrando el trabajo entre líneas que realizó el argentino, acostumbrado a aislarse e banda y revolucionar partidos.

Demostró que puede hacer grandes cosas de la partida, ayudando mucho en los metros finales y de manera más que acertada, ganando la mayoría de duelos que se le presentaron. 

Para culminar su noche en la que influyó en absolutamente todos los tantos del equipo, fue determinante para que Werner se desconcertara en el gol de Koke, pareciendo que Correa toca el balón y dejando en duda el posible fuera de juego en el que tampoco se encontraba. 

Influencia intangible pero crucial en dos de los goles, y asistencia en otro de ellos, partido meritorio para un Correa, que no dejó de probar todo en los minutos que estuvo en cancha, pese a que en la segunda parte se apagó algo más, haciendo que el MVP de la jornada, sea para un Thomas algo más regular e influyente tácticamente, y a un Koke que mantuvo el nivel los 90 minutos.