Tras nueve meses frenéticos, el FC Barcelona pone punto y final a otra temporada más de su historia. El club, fundado en 1899 por Joan Gamper, ha disputado un nuevo año en la máxima división española de futbol, competición que ha ganado, la Copa del Rey y la Champions. Y de momento, en tan solo una de ellas las cosas no han salido como deseaban.

Ya lo dijo Leo Messi en rueda de prensa: "Yo no prometí que traeríamos la Champions, sino que haríamos todo lo posible por traerla. Pero tampoco lo hemos hecho". En el vestuario azulgrana hay autocrítica. Pero la realidad es que también hay satisfacción por una temporada que se podría cerrar con tres títulos, si el Barça gana la Copa del Rey ante el Valencia el sábado. Sería el noveno doblete de la historia del club azulgrana.

Y para preparar el encuentro, el conjunto entrenado por Ernesto Valverde realizó la última sesión preparatoria antes de viajar a Sevilla el mismo día del partido: el sábado por la mañana. El encuentro se disputará en el Benito Villamarín, a partir de las 21:00 horas, y se podrá seguir en directo en RTVE.

Para la sesión preparatoria del viernes, Ernesto Valverde pudo contar con todos los jugadores disponibles más cuatro jugadores del filial: Riqui Puig, Abel Ruiz, Carles Pérez y Iñaki Peña. Y de estos cuatro, tres viajarán a Sevilla: Ruiz, Pérez y Peña.

El entrenamiento transcurrió con total normalidad una de las principales novedades fue el rol de segundo portero de Iñaki Peña, que ante la lesión de Ter Stegen -que no estuvo en el césped del Camp Tito Vilanova el viernes- se sentará en el banquillo para ver como el Barça intenta ganar el último título de la temporada. De hecho, el propio Peña es el jugador del filial con más convocatorias con el primer equipo, pero su debut oficial sigue resistiéndose.

Tras finalizar el entreno, que fue más corto de lo habitual aunque empezó con retraso, al Barça le quedan menos de 24 horas para finalizar una temporada más. Con una Liga histórica en el bolsillo podría ser más que suficiente, pero con la debacle de Anfield todavía muy presente, el FC Barcelona quiere terminar con una sonrisa en la boca.