A orillas del Mediterráneo comenzaba a fraguarse su leyenda. Acunada en el regazo de una familia de deportistas, su talento apenas tardaría en florecer. Hija de Luís Ernesto Paños, ilustre jugador del Hércules CF y de Gema García-Villamil, atleta de alto nivel coronada como campeona de España en los 400 metros, el gen ganador acabaría bañando la naturaleza de una niña que camelaba al mundo con sus ojos verdes.  

Abanderando una robustez innata, Sandra Paños canjeaba su interés en las artes marciales por las entretelas del deporte rey. Descubriendo los enigmas desencadenados por el balón, la alicantina apenas tardaba en descifrar el sonido que susurraban los tres palos embriagándose de un lenguaje que hoy domina a la perfección. Mecida en los brazos del Sporting Plaza Ángel, Sandra desplegaba bajo la garita las cualidades de un ángel celestial. A sus 10 años, la guardia y custodia de la portería de ‘las amarillas’ no toleraba discusión.

Al calor del candil, la calidad de la guardameta no tardaría en trascender. Atento al brillo de su juego, el Levante UD Femenino ataría la temporada 2010/2011 la incorporación de Sandra con 17 años, presagiando el recorrido de un convoy sin freno. Portentosa en el juego áereo y gigante a la salida, el conjunto granota presenciaba como el mejor de los testigos el debut de la cancerbera en Primera División a sus 18 años. Era, sin duda, el nacimiento de una estrella.

Paños contra el Atlético de Madrid. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Un tren con destino a la Ciudad Condal

Siempre un paso por delante, las puertas de la selección no tardaron en llamar a su puerta. Acostumbrada a jugar con niñas mayores, la solidez de Sandra le llevó a fortificar la meta de la Sub17, la Sub19 y la selección absoluta, entrando en la prestigiosa lista del Mundial de Canadá en 2015. Tentada por muchos, grandes colosos del fútbol español pugnaron por el fichaje de Sandra Paños, suerte que acabaría decantándose a favor del FC Barcelona. Decidida a emprender un nuevo rumbo, en 2015 aceptaría la propuesta del club catalán tras un lustro defendiendo los tres palos del Levante UD Femenino.

Compartiendo batallas con Laura Ràfols, ambas lograron crecer de la mano al refugio de la portería de ‘Can Barça’. Segura de sí misma y vistiendo una confianza esencial, Sandra apenas tardaba en adaptarse a la exigencia del Barça Femení. En un juego tan ofensivo y de posesión como el azulgrana, la guardameta descorchaba una seguridad impoluta trasmitida al resto de jugadoras de la cancha. Además, el juego fluido con los pies acrecentaba su aclimatación, firmando una concentración sublime bajo los tres palos.

Sandra frente al CD Tacón este curso. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Coleccionista de premios

Volando sobre la línea con la libertad de un espíritu celeste, Sandra se asienta como una de las mejores porteras del mundo. En su palmarés individual un total de tres trofeos Zamora en la Liga Iberdrola avalan su trayectoria, ratificando sin discusión su hegemonía en la meta. A la primera distinción otorgada la temporada 2015/2016, se suman los dos últimos obtenidos de forma consecutiva la campaña 2017/2018 y la 2018/2019, encajando en ambas 11 goles en 27 partidos (0,4 de media). Pieza clave en el esquema del Barça Femení, los ecos de su estela traspasaban más allá de las fronteras. Para la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), Sandra era elegida en 2018 la séptima mejor jugadora del mundo en su puesto, mejorando octavo puesto de 2017 e igualando la posición de 2016.

Sandra celebrando el pase a la final europea con el Femení. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Doble campeona de la Copa del Rey como barcelonista (2016/2017 y 2017/2018), la Liga y la competición europea vuelven a asomar en el aire como los principales objetivos a conquistar. Custodiando con entereza la meta azulgrana, Sandra se convertía en la principal protagonista de la UEFA Women’s Champions League el curso anterior gracias a su papel estelar. Lanzadas hacia la final de la competición europea mostrando las señas de un hito histórico, Paños dejaba la portería a cero en las dobles eliminatorias de octavos de final frente al Glasgow City, en cuartos contra el LSK Kvinner y en semifinales ante el Bayern de Múnich, interpretando en el duelo contra las alemanas un recital inconmensurable para llevar al Barça Femení a la final

La guardiana del Barça

En sus guantes reside la gloria. Capaz de obrar milagros, su veloz crecimiento con 26 años la convierten en un seguro de vida para el plantel. Anhelada por media Europa, Sandra quiere seguir escribiendo la historia del Barça. Erguida como un ave rapaz sobre la portería, la alicantina mantiene en sus manos al conjunto de Lluís Cortés. Agitando la combinación perfecta, su madurez y fortaleza mental le mantienen en la retaguardia. Consciente de que un error suyo condena al resto del equipo, Sandra maneja la presión con consistencia. Fallar arriba está permitido, errar en el portal es clavar un puñal.

Sandra Paños en el Estadi Johan Cruyff frente al CD Tacón. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Titular indiscutible tanto en el Femení como en la selección absoluta, el inmaculado Mundial este verano en Francia catapultaba la figura de Paños. Agarrando los galones sin titubeos, la guardameta capitaneaba al combinado español hasta los octavos de final, una hazaña histórica en los anales del fútbol femenino español. Pese a claudicar ante Estados Unidos, la hinchada ibérica no dudó en rendirse a sus manoplas. Del aprendizaje como tercera portera en el Mundial de Canadá en 2015 a los mandos de la titularidad en el Mundial de Francia 2019. “He sabido encontrar serenidad y aprender a tomar mejores decisiones que antes”, afirmaba Sandra. Un vuelo sin techo que aspira a seguir estrechando el planeo de sus sueños.

De momento, conquistar el primer cetro liguero en su palmarés y repetir, como mínimo, la proeza en Europa de la temporada anterior atisban con furia en el horizonte. Hambrienta de títulos y concebida para ganar, el nuevo curso sostiene los mejores deseos de Sandra Paños. El camino hacia el Edén acecha en sus guantes