Pues por fin llegó. Poco más de dos meses después, el Deportivo volvió a ganar un partido fuera de casa. Son algo más de tres puntos. El encuentro de este domingo contra el Talavera había que ganarlo y se ganó, no había otra alternativa. Era fundamental dejar aparcadas las sensaciones de ser un equipo de dos caras, dar un paso adelante dejando claro que se quiere ser un claro aspirante al ascenso directo.

La primera parte fue muy buena, el Deportivo se mostró ambicioso, buscando el gol con una presión alta y criterio en la circulación de balón. Los herculinos disfrutaron de varias ocasiones en las botas de Lucas, Villares o Rubén Díez, pero tuvo que ser Lebedenko quien, con un disparo ajustado al palo desde fuera del área, consiguiera poner en ventaja a los coruñeses.

En el segundo tiempo, el Deportivo se dedicó más a controlar el encuentro, el Talavera tampoco apretó en exceso y Mackay no pasó demasiados apuros.

Tras el pitido final del árbitro, se liberaron tensiones y los aficionados coruñeses desplazados hasta la localidad toledana pudieron celebrar un triunfo con su equipo.

Cambios en la clasificación 

Con el triunfo de esta jornada, el conjunto gallego continúa ocupando la tercera posición, a solo dos puntos del filial madridista, nuevo líder de la categoría.

No hay que caer en el error de pensar en las visitas a Riazor de Castilla o Alcorcón. A día de hoy, lo único que debe ocupar la mente del entorno blanquiazul es el Badajoz, nada hay más importante que lograr un triunfo ante el conjunto extremeño.

Quedan catorce jornadas para finalizar la competición. El Deportivo se encuentra bien posicionado para encarar esta apasionante recta final, transmite solidez y regularidad, aspectos fundamentales en un equipo cuyo objetivo no puede ser otro que el primer puesto. Todo está muy apretado y da la impresión que no habrá nada decidido hasta la última jornada.