Un rosarino anda suelto
Vino por 2 millones y se fue con 2 títulos bajo el brazo, un rosarino mágico al que se le encargó la sencilla tarea de sustituir a un croata que dirigía el centro del campo con un marcado seseo en su acento. Éver Maximiliano David Banega Hernández aterrizó en la capital hispalense un verano de 2014 para tomar el testigo de toda una leyenda en la medular, convertirse en el 17º con más partidos jugados con la elástica rojiblanca, un total de 238, ganar 2 UEFA Europa League y grabar con letras doradas su nombre junto al de otro argentino con pasado en el club de “La Lepra”. E
ste talentoso centrocampista es recordado por poseer una calidad difícil de ver fuera de los grandes transatlánticos del fútbol mundial; su diestra aterciopelada le permitía mantener la pelota pegada al pie como pocas veces se había visto en el barrio Nervión; sumado a su capacidad de sacrificio en los momentos necesarios, para bajar a echar una mano en la creación de balón lo convirtieron en un futbolista más completo, y sobre todo más querido entre la hinchada sevillista.
Tras un reencuentro en 2017, después de pasar un año complicado en el Inter de Milán; Éver Banega dejaría la disciplina hispalense, no sin conseguir primero el sexto entorchado europeo para la entidad, dejando para el recuerdo una emotiva instantánea protagonizada por el rosarino y un pequeño canterano palaciego que pudo volver a tocar plata con el equipo de su vida. Curiosamente el hombre encargado de suplir al argentino sería el mismo croata al que sustituyó el bueno de Éver seis años atrás.
El fabuloso artillero que desgarraba porterías
Normalmente se asocia el número “10” al mediapunta o enganche, un centrocampista de carácter ofensivo de gran habilidad que actúa por detrás de los delanteros, sin embargo este “10” distaba mucho de mantenerse tras el frente de batalla, ya que él era la punta de lanza. Capaz de rendir sólo o acompañado; Luis Fabiano, más bien conocido por todos como “O fabuloso”, hizo historia en el Sevilla FC al convertirse el el tercer futbolista con más goles en la historia del club un total de 103 dianas en 228 encuentros.
Este infalible artillero inició su carrera en Sao Paulo, y tras una primera toma de contacto con el fútbol europeo auspiciada por el Oporto “O fabuloso” llegó a la disciplina sevillista en el verano de 2005 para formar parte de un equipo que sería reconocido como el mejor del mundo un año después, al ganar la Copa de la UEFA por partida doble.
Su velocidad, buena colocación y facilidad para el remate desde cualquier ángulo le permitieron ser segundo en la carrera por el Pichichi en 2008 con 24 tantos, tres menos que Güiza. Tras conseguir dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa y dos Copas del Rey; el goleador de Campinas volvió a su hogar tras seis temporadas en la capital andaluza y un saco de goles a su espalda.
Reyes, eterno patrón de los canteranos
Se hizo famosa una foto suya con la camiseta del eterno rival ya que su padre quería a toda costa que su hijo jugase en el equipo de "La Palmera", pero su amor por la rojiblanca le hizo convertirse en una leyenda y portar el mítico dorsal “10” en el Sevilla FC.
José Antonio Reyes, nació en Utrera en 1983 y tan sólo 13 años después ya dejaba perplejos a los ojeadores del equipo de fútbol base con su velocidad y su zurda de oro; tan inmenso su talento que con solo 16 años y 151 días se convirtió en el jugador más joven en debutar en primera con el club nervionense, récord que a día de hoy sigue invicto. Su desparpajo desde el extremo derecho le llevaron a jugar con el Arsenal de los invencibles, el Real Madrid, Atlético de Madrid, entre otros.
En 2012, el utrerano decidió volver a casa para convertirse en el icono que conocemos a día de hoy ganando 3 Europa League consecutivas, cosechando un total de 250 choques disputados y 41 tantos anotados con la elástica del Sevilla, lo que le coloca como el 13º futbolista con más partidos en la historia de la entidad.
En 2016, Reyes se despidió por última vez de su hinchada tras ganar como capitán la Europa League en Basilea; tras esta etapa “La perla” vistió los colores de Espanyol, Córdoba y Extremadura, antes de fallecer trágicamente en un accidente de tráfico el 1 de julio de 2019 dejando a los sevillistas sin uno de los suyos, un chico de la casa que demostró que a las orillas del Guadalquivir también se crían “dieces” de leyenda.
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Dios en Sevilla
En la historia de este noble deporte han sido muchos los iconos que han portado la camiseta de la decena; sin embargo, cuando se piensa en este mágico número la primera imagen que aparece es la de un pequeño hombre de frondoso pelo y físico a priori no muy atlético, un hombre que decidió dejar de ser terrenal para convertirse en un Dios de la redonda, su nombre es Diego Armando Maradona.
El Sevilla, puede presumir con orgullo de haber vestido con su camiseta al futbolista más grande de todos los tiempos, solo seis lo han conseguido, y aunque fue por un breve periodo la mística de “El Diego” se encargó de que quedase por siempre grabado en las gradas de la bombonera.
Durante la temporada 92/93 disputó 29 partidos, marcó siete goles, dejó sentado a innumerables defensas, se ganó el brazalete de capitán y varias anécdotas por el camino. Lo que está claro, es que por corto que fuese su camino siempre se podrá decir que Dios fue sevillista.
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Érase una vez… un croata que seseaba
El 28 de enero de 2011, los caminos de un joven suizo-croata y el Sevilla, se cruzarían sin saber que 13 años después ese rubio, que Víctor Orta recogió en el aeropuerto, se despediría del club convertido en leyenda del sevillismo e hijo adoptivo del barrio de Pino Montano. Iván Rakitic, nació en Möhlin hace 35 años, hijo de padres croatas, el joven Iván decidió finalmente por defender los colores del país de su familia.
Tras darse a conocer en el Schalke 04 alemán como un mediapunta exquisito, un Monchi con imán para el talento, decidió reclutarle en invierno de 2011, para un plantel que había perdido la chispa de años anteriores; a partir de ese momento todo cambiaría.
La historia de Rakitic con el Sevilla se convertiría en inmortal tras: 323 partidos, 50 goles, dos Europa League, una despedida, un reencuentro y una promesa cumplida a Jesús Navas; todo esto le ha valido para convertirse en el extranjero con más partidos en la historia del club, y el cuarto en general, además del más querido por toda la parroquia sevillista no solo por su calidad y liderazgo dentro del campo, sino también por su amor a la ciudad y sus tradiciones, llegando ofrecerse a la hermandad de Pino Montano en calidad de músico. Muchos grandes futbolistas han pasado por la disciplina hispalense, pero casi nadie ha conseguido lo que ha conseguido Iván Rakitic, adiós al eterno sevillano-croata del arte y salero.
