Como producto del progresivo e inalterable paso de los meses, el final del campeonato liguero se va acercando. Es aquí donde los números, la estadística y también la fe entran en escena. El seguidor se aferra a hechos pasados para ganar otra razón por la que creer, por la que encender el televisor para disfrutar (o sufrir) de su equipo dejándolo todo en el verde. Dentro del mundo de los datos, los antecedentes toman un gran protagonismo.
El último enfrentamiento entre catalanes y nazaríes se produjo el 14 de marzo del pasado año. Ambos conjuntos, inmersos en la desesperación que el descenso provoca, llegaban como rivales totalmente directos. Los rojiblancos pusieron el fútbol y dieron el primer golpe sobre la mesa con un tanto de Rochina. Sin embargo, Miguel Lopes se disfrazó de futbolista perico y anotó en propia puerta. El empate dejó congelado a un Granada que veía como los tres puntos se marchaban de la manera más cruel posible.
Han pasado diez meses y la ciudad de la Alhambra sigue en la misma línea. Con el mismo número de entrenadores que de victorias en La Liga, la victoria adquiere un valor mayor cada día. Ganar es sinónimo de obligación y de permanencia. Con el Valencia distanciándose tras la llegada de Voro, la estabilidad es necesaria si Alcaraz quiere que el aficionado granadino siga disfrutando a su equipo en primera división una temporada más.
Los últimos enfrentamientos han deparado encuentros que han brillado por la ausencia de goles. Catorce tantos entre los dos equipos muestran el choque de estilos en el que la ventaja mínima es la más habitual. Históricamente, el resultado más repetido (hasta en cinco ocasiones) es el uno a cero.
La historia favorece a Quique Sánchez Flores y a su Espanyol. En primera división, el equipo de Barcelona ha ganado veinte enfrentamientos ante el Granada. Por su parte, los nazaríes no han rebasado la línea de las once victorias. Trece partidos acabaron en tablas. Esta leve hegemonía perica se escenifica si se echa la vista atrás en busca de la última victoria del Granada. Casi cuatro años del último triunfo granadino. Por aquel entonces, el actual jugador del Manchester City Nolito, se sacó de la chistera un tiro libre que daría la victoria al equipo de los Cármenes.
Solo son números, cuya existencia está para romperla. Cornellà El-Prat será testigo el próximo sábado a las una de la tarde del Espanyol-Granada. Verá a Alcaraz dar motivos para creer o a Sánchez Flores hundir los deseos nazaríes. El fútbol, tan imprevisible, volverá a decidir.