Al borde de una noche mágica en Tarragona

El Nàstic se quedó a un gol de remontar un partido que tenía perdido tras una lamentable primera parte en la que se vio con un 0-2 en contra. Tejera, con dos disparos desde la frontal empató el encuentro, que pudo caer por ambos lados.

Al borde de una noche mágica en Tarragona
Foto | LFP
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Por Alex Saltó

Juan Merino, consciente de la importancia de la victoria, ha alineado un once muy ofensivo, con dos delanteros tanque en punta, como son Álex López y Manu Barreiro. Además, Jean Luc también ha gozado de la titularidad en el extremo izquierdo. En la defensa, la principal duda estaba en el lateral zurdo, ante la baja de Mossa por expulsión. Iago Bouzón, que ha cosechado algún buen partido en esta posición, ha sido el que ha ocupado la posición de Mossa. Por parte del Real Oviedo, Fernando Hierro ha cambiado toda la línea de la media punta, con la entrada de Nando, Susaeta y Carlitos.

Primera parte lamentable

El partido ha empezado con ritmo frenético. El Nàstic ha salido desde el primer instante presionando la salida del Oviedo. En un robo en la medular, Barreiro ha intentado sorprender desde muy lejos, pero el disparo se fue lejos de los tres palos. En la siguiente ocasión, han sido los visitantes los que han avisado, con una internada de Carlitos por el flanco izquierdo, que finalmente se ha quedado en nada.

En el minuto 17, sin todavía ningún dominador claro del partido llegó el primer gol de la noche. Susaeta colgó el balón entre la zaga y el portero, donde más duele a la defensa. Carlitos leyó a la perfección el centro y se anticipó a la defensa local para rematar a bocajarro y abrir la lata. Tres minutos después, los asturianos han podido hacer el segundo en otro centro perfecto de Susaeta que esta vez remató David Costas.

El drama no había hecho más que empezar en Tarragona. En el 23', un balón largo sin ningún tipo de peligro, Bouzón y Reina no se pusieron de acuerdo para alejar el peligro y el balón quedó en la línea de tres cuartos para Toché. Con el portero lejos del área, el delantero murciano remató desde esa misma posición. Xavi Molina, desde la línea de gol, no supo desviar el balón, de forma que el segundo gol del Oviedo subió al marcador. Los aficionados del Nàstic, lógicamente, estallaron en contra de todos los jugadores por su paupérrima actuación hasta el momento.

Juan Merino no esperó para cambiar el partido y realizó el primer cambio en el 33', Bouzón fue sustituido por Valentín, buscando mejorar el juego por banda, inexistente hasta el momento. Un minuto después el Oviedo pudo poner el tercero en el marcador. En otro balón a la espalda de la zaga, Perone tropezó él solo dejando a Carlitos ante Manolo Reina, pero el mediapunta se precipitó en la definición y desbarató la oportunidad. El Nàstic sí tuvo el dominio total el juego durante los últimos cinco minutos , pero con una única ocasión de Barreiro que cabeceó demasiado alto.

En el 50' se produjo el segundo cambio grana. Delgado, que llevaba muchos partidos fuera del equipo, entró por Álex López. Si bien es cierto que el balón siguió siendo para los tarraconenses, las ocasiones no llegaban, es más, Johannenson tuvo la oportunidad para sentenciar defininitivamente el partido. 

Tejera vale un imperio

Pero no lo aprovechó, y en la siguiente ocasión llegó el gol de la esperanza, el del honor. Tras un autopase kilométrico de Valentín, el lateral centró a la frontal donde llegaba Tejera, que remató con el alma ajustado al palo e hizo subir el primero de los locales en el marcador. Dos minutos después el Nàstic pudo haber empatado el encuentro en un centro lateral de Lobato que Delgado remató desviado.

Por último, Merino lanzó el equipo al ataque con la introducción de Stephane Emaná, un delantero; por Suzuki, un defensa. Los locales atosigaron al Oviedo a partir del minuto 60, pero las ocasiones, si llegaban, eran sin demasiado peligro, como otro remate de Tejera, esta vez inofensivo.

Pero el espíritu de Santa Tecla se apareció en Tarragona en el minuto 82 para empatar el encuentro. Otra vez Tejera y otra vez desde la frontal, el corazón del Nàstic ha disparado desde lejos para batir a Juan Carlos. El Nou Estadi se vino completamente arriba, viendo que los jugadores por fin respondían al apoyo que recibían desde la grada. 

Los ovetenses, completamente encerrados en área propia, solo podían mandar balones largos a Toché, que encontró muchas dificultades para bajar balones ante Perone y Xavi Molina, si bien pudo haber helado el Nou Estadi con un remate en la frontal que se marchó por encima del travesaño.

La última fue para los locales en el 90', en un pase en profundidad de Barreiro que recogió Delgado, que llegó demasiado forzado y se encontró con Juan Carlos que salió rápidamente y tapó el disparo del chileno.

Finalmente 2-2 en el marcador y la sensación de haber desaprovechado una final que debía servir para visitar Vallecas con la seguridad de no estar con el agua hasta el cuello, pero lo cierto es que la próxima visita pasa a ser absolutamente vital para las opciones del Nàstic de permanencia.