El Molinón agrava la incertidumbre del Nàstic

El Sporting demostró galones ante un conjunto tarraconense dormido y falto de ideas (2-0).

El Molinón agrava la incertidumbre del Nàstic
El defensa japonés del Nàstic, Daisuke Suzuki, se vió superado por la delantera del Sporting | Foto: LaLiga 123
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Por Arnau Curto

Se enfrentaban en El Molinón uno de los conjuntos locales más sólidos frente al mejor visitante de la categoría. O mejor dicho: el que era el mejor visitante de Segunda División. El Nàstic de Tarragona salió al terreno de juego con una etiqueta que no supo defender durante el partido, sin ideas y con errores que le costaron dos goles que hicieron que los tres puntos se quedaran en el estadio más antiguo de España. 

El delantero gijonés, Michael Santos tuvo la primera ocasión después de un tiro desde la frontal que salió muy per encima de la portería defendida por Dimitrievski. Un Nàstic dormido veía como el peligro local pasaba por las botas de los dos delanteros del Sporting, hoy, con la dupla entre Carlos Castro y Santos. Los primeros instantes, un monólogo ofensivo de los de Rubén Baraja. Sus disparos salían demasiado desviados. La sensación, ya en el minuto 10, era que el gol de los rojiblancos era cuestión de tiempo.

Una primera parte que fue también un festival de tarjetas amarillas para el conjunto visitante. Suzuki, Barreiro y Muñiz fueron amonestados en espacio temporal de seis minutos. No eran buenos augurios para los tarraconenses que ni con 25 minutos transcurridos tenían tres jugadores clave con tarjeta.

Seguía el contínuo ataque local, con dos ocasiones de falta directa para adelantarse en el marcador. La respuesta del Nàstic, acciones al contragolpe sin demasiado acierto. La más destacada, un pase largo de Juan Muñiz para Álvaro Vázquez que el delantero catalán, hoy titular por primera vez desde que llegó al club, no pudo atrapar. El Nàstic, ahogado, cometía demasiados errores para sacar la pelota en defensa y en la construcción de jugadas de ataque. No parecía el equipo de las últimas cinco salidas lejos del Nou Estadi. Lo cierto es que, precisamente, parecía el Nàstic jugando como local, y eso no eran buenas noticias.

Lo intentó Mesa desde lejos, pero Mariño atajó el tímido disparo del centrocampista canario. Lo intentó Muñiz de falta, pero su disparo rasó salió muy desviado a la izquierda de la portería del meta asturiano. Si bien parecía que el Nàstic empezaba a trenzar alguna jugada interesante de peligro, la realidad fue muy distinta. La nula efectividad en los centros cancelaba cualquier tipo de amenaza grana.

Y cuando más tenía el balón el Nàstic, ya en el tiempo de descuento de la primera parte, Michael Santos aprovechó un intento de rechaze de Suzuki y un Dimitrievski adelantado para poner el balón por encima del portero macedonio grana y romper la igualada con el 1-0.

Rodri necesitaba urgentemente una reacción. Su puesto en el banquillo grana dependía de ello. 45 minutos por delante, y las cosas no pintaban nada bien para un Nàstic deshauciado en solo tres cuartos de hora.

El Sporting anuló completamente al Nàstic

Sonó el silbado de Ais Reig y empezó el segundo tiempo con un Sporting que, lejos de amilanarse y defender el resultado, avanzó líneas y fue a por el segundo gol. El Nàstic no cambió su filosofía: esperar el error rival, montar la contra y marcar. Un plan perfecto si no fuese porqué el conjunto local sabía muy bien a lo que jugaba. Seguía el peligro de los de Rubén Baraja de los pies de Santos y Castro, que insitían con jugadas de calidad ante una pasiva defensa grana. Suzuki no estuvo atento en momentos puntuales y sólo la falta de puntería de los jugadores asturianos evitó el gol en los primeros compases del segundo tiempo.

Empezaron a moverse los banquillos. El del Nàstic el primero, con la entrada de Omar Perdomo por Muñiz. El tinerfeño tenía el objetivo de abrir espacios por la banda, y cambiar el sistema de juego para sorprender la defensa rival. Debutó también Javi Márquez subsituyendo a Maikel Mesa, pero la calidad del exjugador del Espanyol no brilló en El Molinón. Dumitru también entró en el terreno de juego para intentar solventar la situación y desbordar por la banda, aunque sin acierto.

El futuro de Rodri, en el aire

El partido, completamente roto, era un fiel reflejo del futuro de Rodri en el banquillo del Nàstic. La incertidumbre y la falta de concreción y acierto en las jugadas era un veneno que consumía las aspiraciones del Nàstic para empatar el partido.

Rubén García, que entró en el minuto 60, fue el autor del segundo gol del Sporting, fruto de un buen centro de Jony, uno de los jugadores más inspirados de los asturianos. Castro remató en el primer intento, Dimitrievski despejó el balón que le cayó a García y mató el partido y quién sabe si también la etapa de Rodri en el banquillo del Nàstic de Tarragona.

No quiso darse por vencido el Nàstic, si bien su juego impedía cualquier atisbo de mejoría. Quiso intentarlo hasta el último momento, pero fue el Sporting, por acción de Michael Santos, el que casí marca el tercero. Una acción individual que termina con una vaselina que se escapa por poco de la portería grana.

El silbato final indicó el fin de la agonía grana en El Molinón. Al Nàstic le espera una semana dura por delante, con la incertidumbre de si, ante el Cádiz, será Rodri u otro entrenador quien dirigirá un equipo que, en palabras de su presidente, Josep María Andreu, “está falto de alma”.