La SD Ponferradina sufre para hacer goles. Le cuesta convertir en tantos las continuas llegadas que, a lo largo de los partidos, genera con su juego por las bandas. Hasta ese momento todo son claros, sin embargo, a medida que se aproxima a la zona de finalización todo se nubla para los blanquiazules. Ni la llegada de Yuri y Pallares en el mercado de invierno ha solucionado un mal que no ha permitido a la Deportiva auparse, todavía, a los puestos de PlayOffs.
La escasa efectividad de los delanteros fue visible en el partido ante la Mutilvera, un 3-2 en el que de los tres goles locales ninguno fue de un delantero. Dos llevaron la firma de Menudo, pichichi del equipo junto a Figueroa con cinco, y el otro de un Chavero cada vez más ofensivo.
Su presencia en el área rival se está incrementando y prueba de ello es el penalti que forzó y él mismo se encargó de transformar. De sus botas también nació el 2-1, gracias a una buena pared con Ríos Reina antes de que Menudo rematará de forma espectacular y el propio Chavero pudo irse con algún gol más en su cuenta particular si no llega a ser por el portero navarro, sus defensores o la falta de acierto en algún disparo a bocajarro.
Sobrio, seguro y con una amplia visión de juego, Chavero ha disputado 26 partidos en 28 jornadas. Más de 2.000 minutos sobre el terreno de juego que sirven para ver y comprobar una evolución en su juego y en su disposición táctica. De acompañar a Jonathan, Andy, Menudo o Cidoncha en la medular, ha ido poco a poco ganándose un hueco en el once justo por detrás del delantero. De esta forma aprovecha los espacios generados por los desmarques de Figueroa o Pallarés de turno y puede hacer gala de su buena llegada desde segunda línea.
Contra el Racing de Santander su vocación ofensiva quizá se vea reducida para prevenir los ataques santanderinos pero a buen seguro que Chavero estará en las jugadas de peligro de una SD Ponferradina que acecha los PlayOffs.