El año 2016, no se puede decir que haya sido estupendo para los blanquivioletas. Comenzó como acabó el 2015, mal. No había regularidad en el equipo que en el comienzo de año no paraba de tontear con puestos de la Segunda B, cuando poseían una plantilla para poder acceder mínimo al play-off. Las oficinas se pusieron en marcha, en enero, para lograr la vuelta de jugadores que ya habían ilusionado a la afición como Roger. Pero ni con esas.

Llegada de jugadores en enero

Como ya hemos dicho, volvió Roger por mediados de enero al club donde fue uno de los principales baluartes en la temporada pasada. También hubo más incorporaciones, como las llegadas en calidad de cedidos de Vincenzo Renella (exdelantero del Betis) y Nikos Karabelas (exdefensa del Levante). Roger fue una sombra de aquel delantero que deslumbró al José Zorrila en la 2015/2016. Aún así fue uno de los mejores fichajes de esa temporada con ocho dianas. Respecto a los otros dos refuerzos invernales, Renella y Nikos, vinieron para engrosar la plantilla más que nada. El griego no pudo hacer desaparecer los problemas que daba Mario Hermoso por la banda izquierda y Renella sólo realizó tres goles en seis meses de competición.

Con los nuevos refuerzos, el equipo seguía sin ánimo, sin juego, sin ganas... Enero fue un mes equilibrado, donde se lograron dos victorias, dos derrotas y un empate. Estos resultados, además de ser habituales el resto de meses de competición, eran aceptables para un equipo cuyo objetivo sea la mitad de tabla pero para uno que su objetivo es ascender a la máxima categoría del fútbol español. Esta serie de partidos tendría consecuencias más adelante para el míster Portugal.

De Portugal a Alberto López 

Miguel Ángel Portugal, que no consiguió hacer desaparecer las malas sensaciones que dejó Gaizka Garitano, sería destituido tras un balance de 36 puntos de 78 posibles. hubo esperanzas que con el técnico burgalés, el equipo vallisoletano peleara hasta final de temporada, no por el ascenso directo, por los play-off por lo menos.

Osasuna 1-0 Valladolid: la gota que colmó el vaso

Los partidos del equipo eran bastante mejorables. La afición veía como el equipo estaba desatinado en los partidos, no ponía la garra que era necesaria. La hinchada se agarraba a jugadores con gran peso en la plantilla como Álvaro Rubio u Óscar, dos emblemas del club que lo daban todo en los minutos que disputaban. Por esta razón y otras provocadas por él, Portugal se iría del banquillo.

Alberto López, tenía una dura tarea para su corta experiencia en los banquillos. Había que devolver la confianza al equipo y poner tierra de por medio en la clasificación, entre los puestos de descenso a la categoría de bronce y el pucela

 Para el exguardameta de Real Sociedad y Real Valladolid, no era la primera vez que tenía que salvar a un equipo histórico de las  llamas del descenso. Alberto López tuvo que coger las riendas de un Alavés,que se le veía jugando en la Segunda B la siguiente  temporada, a finales de marzo del 2014. No solo salvó en ese año al glorioso, sino que en la estación de 2014/2015, logró que el  equipo vitoriano se salvara con comodidad (13º), una situación similar a la que tenía el Valladolid la temporada 2015/2016.

 Al final de temporada, el técnico vasco pudo salvar al equipo blanquivioleta tras el empate a dos, en la penúltima jornada de liga,     logrado en el Martínez Valero frente al Elche. Los jugadores que se puedieron salvar de la quema por parte de la afición son:  Juan Villar quien mantuvo al equipo en segunda con goles clave y los canteranos que podían disfrutar de minutos y en ellos se  dejaban todo, como José.

Renovación total para la nueva temporada

La dirección deportiva del equipo, con Braulio Vázquez a la cabeza decidió dar un lavado de imagen total al equipo. Durante el       mercado de verano hubo un total de 27 movimientos (entre altas y bajas). En la siguiente tabla podremos verlo más detenidamente.

Altas y bajas en en el mercado de verano 2016

Altas Raúl de Tomás (Real Madrid) Dejan Drazic (Celta de Vigo) Míchel (Guangzhou R&F) Igor Lichnovsky (Oporto) Joan Jordán (Espanyol) Luciano Balbi (Huracán) Guitián (Real Zaragoza) Isaac Becerra (Girona) Luismi (Sevilla) Markel Etxeberría (Athletic Club) Jaime Mata (Girona) Víctor Pérez (Córdoba)
Bajas Samuel Llorca (Racing de Santander) Víctor Pérez (Alcorcón)  Marcelo Silva (Real Zaragoza) Alfaro (Córdoba) Borja (Atlético de Kolkata) Bruno Varela (Vitória Setúbal) Caye Quintana (Racing de Santander) Jorge Juliá (CD Guijuelo) Kepa (Athletic Club) Manu del Moral (Numancia) Mario Hermoso (Real Madrid) Johan Mojica (Rayo) Pedro Tiba (Sporting Braga) Rodri (TSV 1860 München) Roger (Levante) Toni Suárez (CyD Leonesa) Óscar Gónzalez (sin equipo) Álvaro Rubio (Bengaluru indio)

Las marchas de futbolistas como Álvaro Rubio y Óscar dejaron un gran vacío en la afición vallisoltana ya que habían sido dos símbolos del equipo durante varias temporadas. Todavía se les echa de menos en las gradas del Nuevo José Zorrilla.

Hasta el banquillo fue cambiado. Alberto López no contaba para el nuevo proyecto con vistas al ascenso. Por eso se contaría con un entrenador con experiencia y que sabía lo que era luchar por el ascenso hasta el final. Ese hombre no sería otro que Paco Herrera. El entrenador de la ciudad condal seguía sin equipo después de su destitución como entrenador de Las Palmas y cayó en el banquillo del José Zorrilla una mañana de junio de este año. Encima el nuevo técnico del pucela, había sido un dolor de cabeza para los blanquivioletas tras quitarles el ascenso directo con el Celta en la temporada 2011/2012 y eliminarles en las semifinales de la promoción de ascenso 2014/2015 con Las Palmas.

Comienzo irregular

La afición, la plantilla, cuerpo técnico y directiva, confiaban a finales de agosto que este año el ascenso es posible. Se iban a confirmar estos augurios cuando en las tres primeras jornadas de LaLiga 1|2|3, el Valladolid sacaría siete puntos de los nueve posibles ante rivales de la entidad de Oviedo, Rayo y Girona.

Pero al visitar al Tenerife iban a empezar los fallos. Los hombres de Herrera perderían por 1-0 frente a los canarios, en un partido plano por parte de los pucelanos. Parecía que esta derrota iba a ser un traspiés, para poder seguir con la buena actitud y los buenos resultados iniciales, pero para nada. Los albivioletas encadenarían una racha de cinco partidos seguidos perdiendo (dos frente a UCAM Murcia y Huesca en casa y otros tres partidos frente a Tenerife, Lugo y Levante fuera). A partir de ahí, el Valladolid se convirtió en una ruleta rusa: cinco partidos seguidos sin perder, ganando dos y empatando tres, parece que va a remontar el vuelo, pero de repente llegaría una racha negativa de tres partidos sin conocer la victoria.
En los partidos de Mallorca (fuera) y Mirandés, el equipo vallisoletano logró un balance favorable de 8-0, encima no sólo fueron goles, también se pudo ver un fútbol combinativo y exacto, sin errores en defensa.

El año liguero se cerraría con la derrota por tres goles a uno en el Coliseum frente a un Getafe que aspira al ascenso directo.

Hay que hablar de la explosión de algunos jugadores como el canterano José, qué está siendo pieza clave en el sistema de Paco Herrera, además de ser el pichichi del equipo. 

Respecto a la Copa del Rey, se ganó con autoridad en La Romareda al Zaragoza por 1-2 y dejando muy buenas sensaciones. Contra el Tenerife, en segunda ronda, se tuvo que sufrir y llegar a la prórroga para que Drazic pudiera sentenciar el pase a dieciseisavos. En esta ronda, el Valladolid poco podría hacer frente a los hombres de Eusebio, un equipo que está practicando un gran fútbol en la máxima categoría del fútbol español. Hay que resaltar, que en los dos partidos frente a los vascos, los futbolistas pucelanos plantaron cara, sobre todo en el partidos de vuelta donde incluso pudieron haber ganado con más acierto a portería. Este último partido del año dejó sensaciones positivas de cara al 2017 que se avecina.