Los tres puntos se quedaron en casa en el importante duelo por la permanencia que disputaron en la matinal del domingo la UD Socuéllamos y el Sestao River. Los visitantes, que se jugaban recortar distancias en su lucha por escapar del descenso, claudicaron en la segunda parte ante un anfitrión que amplía su ventaja a los 11 puntos, marcando ahora mismo el límite entre el descenso directo y la salvación de categoría.
Ya desde el comienzo se advirtió en el Yugo un cambio radical con respecto a la pobre imagen dada en los primeros 45 minutos del anterior encuentro liguero en Lasesarre. Sea por la llegada de los nuevos refuerzos, como los debutantes Saavedra, Nanclares o Pau Franch, o espoleados por su afición y ese campo al que tan bien han adaptado su forma de jugar, los pupilos de García Cosín embistieron contra la portería de Galder,Uriarte, que evitó que su equipo se marchara en desventaja al descanso.
Zurdo era el primero que ponía a prueba al cancerbero del Sestao tras jugada de Nanclares, pero el remate a bocajarro del lateral local era despejado a córner. Del mismo modo Galder desbarataba el remate de Kike Domínguez minutos después. El propio extremo sirvió un gran centro a Salva, que remató sin pensarlo, obligando al exguardameta del Zamudio a lucirse con una de sus mejores intervenciones. En pleno aluvión de ocasiones sería Nanclares, otro de los jugadores con más presencia en el ataque socuellamino, el que lo intentaba con una chilena que se iba arriba. Pero no fue hasta la media hora de partido cuando por fin se abrió la lata, correspondiéndole tal honor a Kike Domínguez, que aprovechó un robo y asistencia de Álex Cortell para ejecutar con un disparo cruzado desde fuera del área que hacía imposible la estirada de Galder.
El gol pareció espabilar a los visitantes, en quienes eran novedad el lateral Morcillo, reaparecido tras largo tiempo en el dique seco, y Ander Franco, único fichaje de los verdinegros en el mercado de invierno. Una pérdida de balón en el área propia y un lanzamiento directo de falta de Rodri ponían en apuros al debutante Saavedra, que sin embargo pudo hacer nada para evitar el empate en el minuto 41, tras la señalización de un claro penalti cometido sobre Pixki. Era Leandro, enmendando su error de una semana antes, quien se encargaba de transformarlo para poner las tablas y devolver la incertidumbre y emoción para el segundo acto.
El espejismo visitante apenas duró 10 minutos, el tiempo que tardó Álex Cortell en batir por segunda vez a Galder. A la salida de un córner, y previa parada del portero vizcaíno al remate de Jacinto, el posterior rechace dejaba el balón incomprensiblemnte sin oposición ante el delantero valenciano, que fusilaba a placer ante la desconcertada zaga verdinegra.
La nueva ventaja local fue un mazazo para el River, tal y como reconocía posteriormente su entrenador, quien planeaba un doble cambio con el objetivo de dar más vigor ofensivo a sus alas. No dio tiempo a comprobar el efecto deseado por el movimiento de piezas pues instantes antes Cortell sorprendía a Galder con un disparo sin aparente peligro que ponía en clara ventaja al Yugo. Era sin duda la tarde del delantero local, que pudo firmar un hattrick si su disparo casi desde el centro del campo llega a encontrar las redes de la portería sestaoarra.
Sin ver en peligro la preciada victoria, los locales controlaron el partido hasta el pitido final. Los 26 puntos le sitúan momentáneamente en puestos de playout a la espera de la próxima contienda ante un nuevo rival vizcaíno, el Arenas de Getxo. El Sestao por su parte, con 15 puntos, recibirá en Las Llanas al Zamudio, equipo que precisamente acaba de cederle el dudoso honor de cerrar la tabla tras su sorprendente victoria ante el Barakaldo.