Sangre, sudor y lágrimas ha tenido que poner la Unión Deportiva Almería sobre el césped del Estadio de los Juegos Mediterráneos para conseguir llevarse la tercera victoria de la presente temporada. Lo ha hecho ante el Llagostera, al que se ha impuesto por dos goles a uno, no sin denuedo, gracias a que Quique González, en primera instancia, y Fatau, después -sobreponiéndose al empate de Querol-, fueron los anotadores de la tarde invernal.

Era el debut de un Néstor Gorosito en el banquillo que empieza con buen pie su andadura en tierras almerienses y que solo tuvo que esperar dieciséis segundos para ver la primera ocasión de los visitantes después de un despeje defectuoso de Morcillo que dejó desguarnecida a la zaga y del que se aprovechó Benja para chutar desde la frontal. Sin embargo, el cuero no cogió vuelo y durmió manso en las manos de Julián.

La carta de presentación del cuadro catalán no impidió que en los siguientes minutos los rojiblancos se hicieran con una estéril posesión del esférico, ya que no terminaban de hacer daño a su rival a partir de tres cuartos de campo. Tantos es así que en la creación de juego los de Gorosito se mostraban inoperantes poniendo en liza un fútbol directo en el que el balón poco o nada pasaba por los hombres del centro del campo. No en vano, eran Fatau y Lolo Reyes, dos centrocampistas defensivos, los que tenían la tarea de hacer circular la pelota.

Fruto de la insistencia, que no de la precisión, iban a llegar los dos primeros tiros entre los tres palos de los locales; Quique Gonzaléz recibía un balón al hueco de Lolo Reyes y, tras adentrarse en el área con la oposición del defensa, su disparo fue atajado por René. Poco después sería Zongo el que correría la misma suerte, encontrándose de nuevo su chut con el meta contrario.

Pero lejos de amedentrarse, el Llagostera se iba a encontrar, avanzada la media hora de partido, con la ocasión más clara para sus intereses. Iba a ser en las botas de Querol, que avanzaba con el esférico controlado con espacios por la derecha, encaraba a Cuesta mano a mano para finalmente no acertar a rematar entre los tres palos.

Lo mostrado por el Almería distaba mucho de lo que la realidad le exigía. Ocupando la última posición de la tabla y acumulando quince partidos sin ganar, lo que exponían los de Gorosito sobre el verde del Mediterráneo no hacía presagiar que la dinámica negativa iba a verse cortada en la tarde del domingo. Bien por falta de ideas, bien por desidia -o por ambas-, el descanso del envite iba a llegar con la sensación entre los hinchas rojiblancos de que ésta tampoco iba a ser la ocasión.

Partido loco tras el descanso

Pero nada más lejos de la realidad, y como si el break hubiera activado a ambos, al minuto de comenzar la segunda parte iba a llegar al primer tanto local después de que Quique González cazara en el área un rebote a un tiro de Ximo Navarro tras córner botado por Iván Sánchez. Parecía que pintaban oros, para los de rojo y blanco, pero los catalanes pronto iban a replicar la diana que abría el luminoso después de que un despeje en falso de Julián Cuesta acabara con una vaselina de Querol, que batía al arquero granadino aprovechando su mala colocación.

Los silbidos se hacían notar entre la hinchada almeriense, pero sin apenas tiempo para maldecir iba a continuar el "toma y daca" en el luminoso, y es que los de Gorosito iban a volver a ponerse por delante en el mismo, toda vez que Fatau enviara al fondo de las mallas una dejada en la frontal de Soriano, que estuvo precedida por una jugada personal de Lolo Reyes

Esto fue el detonante para que Oriol Alsina introdujera cambios de ataque y se fuera a por el partido, casos de José Carlos, Juanto y Chumbi, lo que propició que se originaran espacios y a la contra los almeriensistas acumularan diversas llegadas a las inmediaciones de René, si bien faltaba esa precisión en los últimos metros que aumentara la renta goleadora. Más tarde, Gorosito iba a imitar a su homólogo en el banquillo dando entrada a Eldin Hadzic e Iago Díaz por Zongo e Iván Sánchez, respectivamente.

Se encaraban los últimos compases de la confrontación y los fantasmas del pasado impedían que la parroquia rojiblanca pudiera respirar tranquila. Unos fantasmas que a punto estuvieron de posarse sobre el feudo andaluz si Chumbi hubiese acertado a enviar a la red un balón colgado desde la banda, ocasión que finalmente fue enviada a córner por el cancebero local.

Finalmente no llegó la sangre al río y tras más de tres meses sin vencer, el Almería comienza el año llevándose tres puntos al bolsillo y encaramándose a la lucha por eludir los puestos que llevan al infierno de Segunda B.

Así lo vivimos en VAVEL.