El Almería ahoga las penas en el Mediterráneo

Nueva victoria del cuadro rojilblanco en su estadio, que con los goles de Puertas y de Quique remontó un tanto inicial de Ximo Navarro en propia puerta. Los de Fernando Soriano salen del descenso a falta de que se dispute el grueso de la jornada y suman tres triunfos consecutivos en su estadio.

El Almería ahoga las penas en el Mediterráneo
Quique celebra el gol de la remontada y el séptimo en su cuenta particular esta campaña. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)
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Por David García Fernández

El Estadio de los Juegos Mediterráneos se ha convertido en ese bar cochambroso al que de vez en cuando acude todo aquel que ha sufrido algún revés en la vida. Con el único objetivo de evadirse del mundo, el susodicho ahoga las penas en alcohol y, aunque puede que sufra, se siente mejor que en cualquier otro lugar. Cada quince días, la Unión Deportiva Almería vuelve a ese “antro”, en el que se desenvuelve como pez en el agua. El equipo rojiblanco disfruta, hace disfrutar y, sobre todo, gana. Gana como no es capaz de hacerlo cuando ejerce como foráneo, lo que le hace sumar ya tres partidos consecutivos en los que los puntos se tiñen de rojo y blanco en el coliseo unionista.

En esta ocasión, la victoria, lograda no sin denuedo, refleja un resultado (2-1) que se antoja corto una vez vistas las ocasiones de las que dispusieron los locales, pero que expone lo que ya vislumbró Fernando Soriano en sala de prensa, que su equipo nunca se rinde. Porque esta vez empezaron viniendo mal dadas: el Elche se adelantó valiéndose de un gol en propia puerta de Ximo Navarro a la salida de un córner, que sirvió para replicar dos ocasiones más que claras de Pozo nada más empezar. El gol en contra y la lesión de Fran Vélez, que tuvo que ser sustituido en el minuto cinco con un problema en el aductor, supusieron ser, prácticamente, las dos únicas notas negativas de la confrontación para los intereses rojiblancos.

Pozo se lamenta de una ocasión desperdiciada. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Ni la lesión del tarraconense, que dejó su sitio a Diamanka, ni el tanto encajado parecieron hacerle excesivo daño a los indálicos, que seguían atacando y atacando bien. Una oportunidad de Quique González que no pudo culminar tras irse en velocidad de su par y plantarse mano a mano frente a Juan Carlos fue la antesala de, esta vez sí, el tanto del empate. Nano, que estaba siendo un puñal por su banda, protagonizando constante subidas y llegadas a la línea de fondo, recibía un pase medido de Fidel  para centrar de manera sutil a la altura del punto de penalti, donde aparecía Puertas para anticiparse a su marcador y con la testa batir a Juan Carlos.

El Elche, que se estaba viendo superado, poco o nada pudo responder ante las constantes embestidas rivales y se fue al descanso con un empate en el marcador que parecía contentarle. No obstante, tras la reanudación, Alberto Toril buscó cortar el grifo por la zona en la que perdía más agua: la banda derecha, la izquierda del ataque contrario y por la que tantos quebraderos de cabeza le había dado Nano a Luis Pérez, que dejó su sitio a Rober nada más comenzar la segunda mitad.

Pero el curso del encuentro seguía por los mismos derroteros que hasta entonces; con un Almería dominador y un Elche que esperaba hacer daño al contragolpe. Entonces el fútbol premió al que, a los puntos, más lo estaba mereciendo, regalando a los locales la remontada de un partido que se había puesto cuesta arriba cuando solo avanzaba un cuarto de hora del mismo. Esta vez conectaron los hombres de arriba: Pozo-Fidel-Quique. El malagueño filtra un pase para el onubense, que recibe dentro del área y ve a su lado a Quique completamente solo en boca de gol; le cede el balón y el pucelano la empuja para poner el 2-1 en el electrónico y echarse al zurrón  su séptimo gol en la presente campaña.

Quique y Fidel celebran el gol que certificaba la remontada. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

La orilla estaba cada vez más cerca y a los andaluces únicamente les restaba remar algunas millas más. Faltaba media hora para el fin del tiempo reglamentario y, a pesar de que el balón parado y un dominio prácticamente ficticio se aliaron con los franjiverdes, lo cierto es que el cuadro almeriense se encontraba cómodo con el transcurso del envite.

Tanto es así que, no solo pudo aumentar su renta goleadora, sino que Casto apenas tuvo que intervenir en ocasión alguna. Así se llegó al minuto 91, que, para más inri, deparó la expulsión de Nino para el equipo alicantino, después de que el veratense agrediera, según interpretación del colegiado, a Pape Diamanka tras cometer una falta sobre el senegalés.

Una pequeña tangana y tres minutos de añadido pusieron el broche a una victoria que, hasta que el resto de partidos de la jornada no diga lo contrario, aúpa a la Unión Deportiva Almería fuera de los puestos de descenso. Ahora, los rojiblancos afrontan dos encuentros lejos de su estadio de manera consecutiva. Lejos de ese lugar en el que suelen ahogar las penas. Pero eso ya es otra historia que será contada a su debido tiempo.

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