Sería complicado destacar con diferencia a un jugador por encima de todos tras lo sucedido hoy en Siete Palmas, pues en la gran actuación de la Unión Deportiva Las Palmas frente al Getafe en la capital grancanaria (4-0) fue fundamental todo el equipo: Willian José con su característico juego de espaldas, de lucha física y con esa potencia que tanto le beneficia a los isleños; Jonathan Viera, con su juego inteligente, eficaz y simple pero a la vez mágico; El Zhar, volviendo a demostrar su mejor versión en el terreno de juego tras mucho tiempo (eléctrico, rápido, desbordante…); Roque Mesa con su incansable trabajo en el medio y con su constatada polivalencia; Momo, con su oportunismo en el último pase; el muro amarillo ordenado e indestructible postrado unos metros más adelante de un efectivo Varas…
Pero sí hay un integrante de la plantilla comandada por Quique Setién que merece una especial reseña es Tana, autor de dos de los cuatro tantos y con intervenciones relevantes en las jugadas que precedieron al primer y al segundo tanto. No hace falta decir que el menudo jugador de 25 años ya se ha consolidado. Para nada.
La UD disputó uno de los mejores encuentros del curso en el día de hoy que, además, le permite igualar el 'goal average' particular contra un rival directo
Es una obviedad que, muy poco después de que Quique Setién le concediera aquella primera oportunidad frente al Villarreal en octubre del año pasado (precisamente será el siguiente rival de los insulares en la presente semana), el futbolista formado en las categorías inferiores de la entidad de Pío XII comenzó a ser fundamental en los esquemas y en el juego de la Unión Deportiva, hasta el punto de que, sin llegar a los diez partidos desde su debut e incluso antes de arribar al término de la primera vuelta, su consolidación ya era un hecho real.
Lo de hoy en el Estadio de Gran Canaria ha sido simplemente una nueva demostración del valor tan grande que ostenta en el equipo. El ejemplo perfecto del profesional que, si le proporcionas al menos una pizca de confianza, una pequeña muestra de ‘fe’, si se le puede denominar así, no es necesario esperar mucho tiempo para apreciar su correspondencia por medio de trabajo, sacrificio, actitud y rendimiento, hasta llegar a un momento en el que nadie es capaz de parar su progresión.
Anclado en el corazón de la zona de tres cuartos de campo, el fútbol de la UD encuentra en él, Jonathan Viera y Roque Mesa (Vicente Gómez también formaba parte de ese grupo hasta que cayó lesionado en enero) a sus principales cerebros y portavoces en la distribución del balón. Velocidad en el pensamiento, precisión, astucia, visión privilegiada y, como se suele decir, ‘mala idea’.
Todos estos rasgos, en especial el primero de todos, se pudieron observar en el primer tanto isleño en la noche de hoy. Le cae el esférico al joven atacante que no se para a pensar ni lo más mínimo en decidir que lo mejor, lo más idóneo era jugar de cara con Momo en el borde del área; este abre para David García que, como si de un carrilero se tratase, se proyecta por el costado derecho para poner un centro medido al oportuno pie de un Willian José que ya hacía el primero a los siete minutos.
Y lo más lógico es opinar que Tana no ayuda defensivamente y que sus labores se limitan únicamente a la parcela ofensiva. Erróneo. Realiza una labor vital en la primera línea de presión del equipo gracias a la cual logra recuperar una gran cantidad de balones. En una de esas, un centro defectuoso de Javi Garrido cerca de la media hora de juego le cae a Tanausú que, tras varios rebotes y ‘tuyas y mías’, se anticipa a los defensores del equipo azulón para, sin complicaciones, retrasar el cuero a un Jonathan Viera que ya tenía la caña preparada. El disparo del de La Feria impacta en las manos del mediocentro argelino Mehdi Lacen, penalti señalado por Melero López y sexto gol de la temporada para ‘Jonny’. 2-0 y golpe de moral para un rival que se hallaba idolente ante lo que tenía en frente. Quizás estas dos intervenciones en los dos primeros goles no fueron tan destacadas como las que vendrían después, pero sí importantes. No obstante, lo mejor aún estaba por llegar.
Con los dos de hoy, ya son cinco los goles de Tana en esta campaña
El encuentro pintaba muy favorable para los intereses de una UD que no quería dejar escapar una ocasión así y muy mal para un 'Geta' que se le veía cabizbajo, sustentando prácticamente su peligro en la verticalidad del extremo francés Yoda, pero que, evidentemente, aún tenía opciones de meterse en el partido, calidad y experiencia no le faltaba para ello.
Pero no era el día para los de Escribá que, con la de hoy, ya son siete derrotas consecutivas las que han sufrido. Y consecuencia de esa inadecuada actitud llegó el tercer gol a los cuatro minutos del segundo tiempo. Jugada digna de enmarcar. Momo toca para El Zhar que ya se desmarcaba por el vértice del área ante los grandes huecos que dejaba la zaga madrileña atrás. Amaga el franco-marroquí, dispara centrado y el mismo se topa con el cuerpo de Guaita. Por desgracia para el Getafe y por fortuna para Las Palmas, el guardameta valenciano y Vergini no se entienden y la pelota la cae de nuevo a Momo que, precipitadamente, intenta sorprender de vaselina ante la indefensa portería azulona.
De nuevo intento fallido, pero de nuevo una reválida para los canarios. Viera controla en el borde tras un rechace y, acto seguido, toca sutilmente para Tana que, con un reverso vertiginoso, se orienta el balón con la parte trasera de su bota para definir con todo ante un Guaita que ya había vuelto a su sitio. Pero poco pudo hacer. Con el tiro ajustado, determinante y a media altura del mediapunta grancanario se ponía fin, casi definitivamente, a las esperanzas de los azulones.
Tana ya volvía a demostrar que su valía en este equipo no tiene fin y que va en aumento. Siguió siendo incisivo, al igual que todos sus compañeros, en los continuos ataques que se realizaban en forma de contragolpes, con una zaga getafense que dejaba muchos huecos atrás y con su pillería característica, siempre buscando la espalda de la defensa gracias a su buena visión de juego. Lógico. No les quedaba otra a los del sur de Madrid, pues aún era muy pronto como para decir adiós a la posibilidad de anotar un gol y, por qué no, meterse en el partido.
Sin embargo, la expulsión de Álvaro Pereira a los veinte minutos del segundo tiempo suponía ya, a esas alturas, una barrera infranqueable y Tanausú ya podía campar a sus anchas sin peligro alguno en un considerablemente mejorado césped del Estadio de Gran Canaria. Con el deseo por parte del aficionado de que llegase un cuarto gol y, de esa manera, empatar el 'goal average' al Getafe, se vivieron una serie minutos con cierta pausa e intranquilidad, pues no se podía disfrutar de un panorama tan alentador como el que se le había presentado a los pío-pío para lograr tal reto.
Y llegó. Y llegó el gol. Y llegó de nuevo Tana. En otra jugada de contraataque y con la defensa madrileña de nuevo adelantada, Momo vuelve a dar otro pase al hueco de los suyos para el de San Cristóbal que, con sosiego y confianza, controla y dispara por debajo de las piernas de un Guaita que llegó a rozar el cuero. Llegaba el cuarto al Gran Canaria y la alegría de una afición que veía como su equipo, con el recital de fútbol que estaba dando en esos momentos y con lo reflejado en anteriores jornadas, ha pegado un pequeño estirón en este inicio del segundo tercio de la segunda vuelta. Volvía a verse sobre el terreno de juego esa capacidad de transformar el buen juego en resultados óptimos, aspecto que se echaba de menos en la isla.
Tana ponía la guinda a una noche redonda para él y para una Unión Deportiva Las Palmas que, ni mucho menos, da por hecha la salvación ni acabada la temporada. Es en este tipo de situaciones cuando más necesario se antoja conservar la cabeza fría y la inteligencia por encima de la excesiva y desmesurada euforia. Mismo cuento será el que se aplique el talentoso centrocampista isleño que, eso sí, ya no sorprende a propios y extraños. No. Eso ya es agua pasada. Tana ya es un diamante más que pulido cuyo brillo incesante es igual a la permanencia y a la constancia de su valía e importancia.