Las Palmas empezó la segunda vuelta de campeonato con ganas. Los pupilos de Quique Setién, sabedores de la importancia del choque, salieron al campo concentrados y marcando las directrices en los primeros compases. El guion se asemejaba a lo habitual: control del balón y movilidad en zona de tres cuartos de campo sin llegadas peligrosas. No aparecía Jonathan Viera con ánimo de desborde y sus apariciones se reducían a jugadas esporádicas. Pero se adelantó el Valencia, la presión espoleó a los locales y el mago de La Feria rugió. 

El jugador grancanario regresaba al once titular tras el castigo que le impuso el técnico cántabro por motivos de disciplina. Las elucubraciones sobre la posible desidia que ello podría provocar en él fueron sacudidas a partir de la media hora de juego. Viera regresó con más ganas que nunca de sentirse importante. Su ausencia se tornó en agonía en fase de creación durante gran parte del duelo frente al Deportivo de La Coruña. Este lunes demostró, además de su consabida calidad, un grado de implicación otrora cuestionado

Empezó volcado a la banda, recibiendo muy atrás y sin espacios para desplegarse. Cuando comenzó a aparecer se hizo omnipresente. Y lo hizo en el momento clave de la primera parte. El Valencia había inaugurado el marcador y encontrado cierta estabilidad sobre el verde. Dejó el control a Las Palmas pero amenazaba al conectar escasos pases o buscando a Gayà, muy activo en el lateral. Así, a tres minutos del descanso, Boateng recibió de espaldas, se apoyó en Viera y este soltó un latigazo que quitó las telarañas de la red.

Bailar pegado al balón es bailar

Si por algo se caracteriza el ex del Valencia, es por mantener el esférico pegado a su bota cuando conduce. El colegiado decretó el final de la primera mitad cuando Las Palmas crecía al son que marcaba Viera, pero no perdió la dinámica en la segunda parte. La escuadra valencianista se quedó con un menos por la expulsión, tras doble amarilla, de Munir. La Unión Deportiva ya había tomado el timón pero agigantó aún más su figura. 

Viera forzó la falta que Lemos convirtió en delirio con maestría

A partir de entonces, los canarios rubricaron su mejor juego. Con el electrónico a punto de llegar a la hora de juego, Viera agarró el cuero y vio un pasillo donde pocos lo ven: entre las piernas de dos defensores. Se zafó de ellos y solo pudieron pararle con falta. Y ya se encargó Lemos de convertirla en arte con un lanzamiento como mandan los cánones, a donde Diego Alves no podría llegar ni con la mejor de sus estiradas. La circulación del juego siguió necesitando de sus apariciones para mantener la fluidez, pero Setién prefirió dosificarlo. 

Marko Livaja entró en su lugar cuando quedaba un cuarto de hora de partido, dejando a Halilovic, que había ingresado minutos antes para debut, mayor libertad en la mediapunta. El croata dejó atisbos de colaboración con sus compañeros, pero Las Palmas perdió frescura sin Viera sobre el tapiz. El Valencia tiró de orgullo en los últimos instantes para intentar marcar un tanto que le motivara a apelar a la épica, ya con un menos. Pero nada cambió. 

Viera en la UD del futuro

El rol de Jonathan Viera está llamado a seguir siendo fundamental en el esquema del cuerpo técnico. Las llegadas de Halilovic y Jesé aportan un extra de lucidez y talento, pero el eje seguirá girando sobre los Roque, Vicente y, cómo no, Viera. La mediapunta seguiría siendo para él en un organigrama donde las dos nuevas incorporaciones pueden ocupar posiciones de banda.

Prince Boateng bien podría alternan con Livaja en punta o bien con el propio Jesé, que también se desempeña como referencia en ataque. El flamante fichaje de Las Palmas, no obstante, tendrá que hacerse un hueco. Tana también persigue la titularidad y Setién decidirá con base en el esfuerzo diario. La meritocracia pasa a ser la clave en un equipo donde todos pueden aportar, de forma individual o coral, para hacer del conjunto isleño un equipo más competitivo en clave realizadora.