Vergonzoso, calamitoso, espantoso, bochornoso, indignante, etc... vaya usted a la RAE o a cualquier diccionario y busque la palabra que prefiera para definir el encuentro de la UD Las Palmas de esta mañana. El equipo canario ha vuelto a arrastrarse, literalmente, por un estadio de Primera División. La contundente derrota por 6-0 no debe quedar impune y debe provocar cambios inmediatos en la plantilla amarilla. 

Jémez se equivocó

El técnico cordobés buscó innovar con una alineación novedosa y le salió rana. Jémez apostó por un 3-2-3-2. La arriesgada apuesta no tardaría en dar síntomas de fracaso. El Girona salió con fuerza y desde muy pronto consiguió meter a la UD en su propio campo. Los canarios eran incapaces de generar peligro ante la meta rival aunque lograban mantenerse relativamente ordenados atrás. El Girona aprovechó el error más grave de la zaga canaria para irse 1-0 al descanso merced a un tanto de penalti. Fue en la segunda mitad, sobre todo a raíz del segundo tanto gerundense, cuando los amarillos comenzaron a descoserse y dejaron paso a un auténtico carnaval defensivo que provocó la goleada.  

El barco continúa hundiéndose

El transatlántico amarillo comenzó la temporada con la vitola de ser, según palabras textuales del presidente Miguel Ángel Ramírez, "el mejor de la historia". Hoy en día esas palabras suenan a un chiste casi tan bueno como todo lo que ha acontecido al club insular desde la marcha de Quique Setién.  Cuatro entrenadores después con fichajes que no han dado el resultado esperado y jugadores que no dan el nivel para jugar en Primera, el transatlántico ha chocado con un iceberg y cada día se hunde más rápidamente en la profundidad del océano. El equipo continúa colista con 11 puntos y una terrible cifra de 46 goles en contra. La permanencia parece cada vez más una utopía.

Fichajes que no llegan

El encuentro de Girona ha vuelto a evidenciar que la UD Las Palmas necesita refuerzos como el comer para intentar salvar la categoría. Los tres fichajes realizados hasta la fecha parecen insuficientes y algunos no están dando lo que se espera de ellos. Peñalba hoy se le vio lento y superado constantemente, Jairo necesita tiempo, Gálvez empezó bien, pero fue arrastrado por el maremoto de la segunda parte. El equipo necesita un delantero que se complemente con Calleri y de paso, sea el sustituto de Rémy, un centrocampista organizador, un par de defensas mas y por qué no, un portero. Sin embargo, desde la Dirección Deportiva parece no haber prisas en efectuar los fichajes y aparentemente solo se trabaja en el retorno de Jesé Rodríguez.  La inmovilidad de la Comisión Deportiva resulta increíble ante la tremebunda situación que vive el equipo insular.

Sin ocasiones es imposible

El cuadro insular cerró el encuentro de hoy con un tiro a puerta. Al igual que ocurrió contra el Valencia en los encuentros de Copa y ante el Eibar la semana pasada, al cuadro insular le está costando horrores abrir la defensa rival y generar ocasiones de gol. Paco Jémez ha intentado poner el toque como estilo de juego, pero sigue faltando profundidad para alcanzar la meta rival. La UD es un equipo plano y previsible cuyo futbolista más desequilibrante, Jonathan Viera, es marcado de cerca por los rivales y no puede desarrollar su fútbol con comodidad debido a la falta de apoyos de sus compañeros. Por otra parte, Calleri es la principal víctima de la falta de fluidez de fútbol ofensivo. El argentino lucha como el que más cada encuentro, pero evidencia su falta de calidad al jugar lejos del área. Es un rematador puro que necesita balones en condiciones para poder explotar sus virtudes. Ante esta situación, es evidente que más de uno se acuerde ahora de Rémy.

Calleri lucha por un balon. Imagen: LaLiga

El escudo debe respetarse

La debacle de Girona engorda la lista de goleadas sufridas por la UD en los últimos meses. El Atlético abrió la veda en la jornada 2 goleando 1-5 en el Gran Canaria, en octubre fue el turno para el Celta y el Villarreal (2-5 y 4-0, respectivamente), en el Bernabéu y el Camp Nou el equipo cayó por un rotundo 3-0. A estas goleadas debe sumarse la sufrida en Copa ante el Valencia hace escasos días (4-0 en Mestalla).

Como se puede comprobar, son demasiadas humillaciones dentro de una misma temporada y la afición empieza a cansarse de esta situación. Ya está bien de deshonrar la imagen de un club con 34 temporadas en Primera y casi 70 años de historia. Se puede perder, pero el orgullo hay que mantenerlo siempre. No se puede faltar el respeto a un escudo que representa mucho no sólo para los aficionados de la UD Las Palmas sino para toda la sociedad grancanaria.  Si finalmente se consuma el descenso, lo único que se pide es que al menos se baje sin perder la dignidad y dejándose el alma en cada encuentro. Pero parece que esto hay que comenzar a explicárselo a más de un futbolista.