Mucho se había hablado en los aledaños del encuentro, acerca de la terrible pelea que sucedió al final del partido que enfrentó por última vez a estas dos franquicias. Sin embargo, caprichos del destino, ninguno de sus protagonistas pisó el césped del Heinz Stadium. Garrett cumpliendo sanción y Rudolph siendo "víctima" de la sentencia de Mike Tomlin tras la última jornada, donde aseguró que Hodges sería su QB titular.

Pues bien, toda la expectación que llevaba consigo el encuentro no se tradujo en un partido vibrante ni mucho menos en el inicio. El juego terrestre, cauto pero seguro, de los Browns avanzaba lentamente sobre la defensiva Steeler, sin que ésta tuviese la agresividad necesaria para evitarlo. El ataque de los locales, por su parte, no imprimió el ritmo necesario y no inquietó demasiado a su rival hasta bien entrada la primera mitad, momento en el que el partido dió un giro.

Por primera vez Hodges conseguía conectar un pase de más de 10 yardas hacía un James Washington que a partir de ese momento se dedicaría a amargar el encuentro a la secundaria de Cleveland. Recurriendo sobretodo al juego aéreo, los Steelers consiguieron llegar al descanso con mejores sensaciones, y así lo confirmaron tras el paso por vestuarios.

Trastocó esto los planes de unos Browns que, por primera vez, conseguían atisbar alguna oportunidad de luchar por los playoffs. El juego terrestre que tan bien había funcionado desapareció, y cuando el peso del ataque recayó sobre los hombros de Baker Mayfield, éste no tuvo la soltura de semanas atrás, y no fue capaz de seguir el ritmo anotador de los de Pittsburgh, con lo que el partido terminó 10-20.

Esta victoria deja a los Steelers con posibilidades reales de poder hacerse con un hueco en los playoffs vía wildcard, pero deja prácticamente como  nulas las opciones de los Browns de llegar a post-temporada.