Este fin de semana el mundial de motociclismo se despide en Portimao, lo que supondrá una nueva aventura para los pilotos que no están acostumbrados a rodar en esta pista, como así ocurre en el circuito de Estoril. Joan Mir es el nuevo campeón del mundo, pero aún quedan cuentas pendientes en el asfalto lusitano. Con el liderazgo del mallorquín, Suzuki ha empatado a Ducati en la clasificación de constructores y aún no está todo ganado.
Suzuki y Ducati se encuentran empatados a 201 puntos y la marca japonesa puede conquistar el título de constructores en la cita del próximo domingo, de ser así la derrota será sideral. Mir ha demostrado que se puede ganar con una moto sencilla, sin incidir en lo tecnológico ni en lo presupuestario, como así lo ha declarado el piloto italiano Andrea Dovizioso.
La equidad de las dos marcas se debe a dos principales motivos: el primero, la excelente temporada de Jack Miller, piloto del Pramac Racing de Ducati, que esta semana consiguió 7 puntos más que el de Suzuki, Álex Rins. El segundo, la penalización de Yamaha con 50 puntos por la apertura de sus motores; de no ser así, ésta última sería líder en el Mundial de constructores.
Si un piloto de Suzuki queda en la clasificación por delante de uno de Ducati, la marca japonesa obtendría el Mundial de constructores, y viceversa. Los de azul conseguirían la Triple Corona: el campeonato de pilotos, de constructores y de equipos. Y es que esta celebración sería estratosférica para ellos que llevan 60 años en el Mundial y 100 años desde que se fundó su fábrica.
Los pilotos de Ducati quedaron en el puesto 8º con Dovizioso y en el 15º con Danilo Petrucci. Ya se sabe que el primero de ellos quiere tener un año sabático en el 2021 y será probador de Honda o de Yamaha, con esperanzas de volver a la máxima categoría en 2022. Cabe destacar que los de la factoría italiana han ascendido a Miller al equipo oficial y a Pecco Bagnaia para la próxima temporada.
La batalla aún no está ganada y el team de Suzuki ya está en Portimao para rematar la heroicidad de un equipo que no llegaba a lo más alto desde hacía dos décadas, con el triunfo de Kenny Roberts Jr en el año 2000. Portugal será definitivo para coronarse como es debido.