Montañés, después de vencer a Melzer en primera ronda, llegaba a los octavos de final para enfrentarse al argentino Diego Schwartzman, que venció en primera ronda al español Albert Ramos. El argentino, después del juego desplegado contra el español, y al ser superior en el ranking, era al favorito para sellar su billete a los cuartos de final; Montañés quería demostrar que a sus 34 años todavía le queda mucho tenis y que podía llegar lejos sobre su superficie favorita. El único precedente fue sobre la misma superficie, hace cuatro meses en Monte Carlo, y el vencedor fue el tenista argentino. El español debía emplearse a fondo si quería seguir en el torneo austriaco.

No comenzó el partido Montañés como le hubiese gustado. Schwartzman tomó ventaja en el marcador rompiendo el servicio del tenista catalán. Esta sería la única muestra de poderío del argentino que, a raíz del break se vio superado en todo momento por el gran juego del español. Albert supo renacer de sus cenizas, cual ave fénix, para comenzar a desestabilizar el juego de su rival. La rección de Montañés llegó rápido con una rotura del servicio de su rival que le permitió igualar el marcador; después definió el saque con maestría y supo poner otro break que le dio alas y permitió ponerse por delante. El juego de Montañés se basaba en pelotear desde el fondo de la pista buscando las líneas para sacar a Schwartzman de la pista y definir con un golpe ganador. Le funcionó la táctica al catalán que rompió todos los servicios de su rival y, con más problemas de lo esperado, supo cerrar un primer set en que supo renacer de su dubitativo comienzo.

Montañés demostró que a pesar de no ser el favorito, iba a ser un correoso rival. Schwartzman no terminaba de encontrarse cómodo sobre la arcilla austriaca y esto era aprovechado por Montañés para, punto a punto, ir haciéndose con el dominio del juego. El argentino debía mejorar mucho si quería dar la vuelta al partido; Montañés tenía que seguir en la misma línea que el primer set. Ya tenía mucho terreno ganado a su rival.

El segundo set comenzó de forma inmejorable para el tenista español: volvió a romper otro servicio al argentino. Montañés estaba muy metido en el partido, y aunque Schwartzman lo intentaba, no conseguía doblegar al español. Montañés cedió un servicio, pero supo rápidamente la réplica para igualar el partido. Schwartzman fue incapaz de mantener su saque y Montañés, inexplicablemente, cometió dos dobles faltas que permitieron al argentino romper su servicio y meterse de nuevo en el partido. Al final el break se quedó en un susto para Montañés que, poniendo la réplica, se hizo con el partido.

Albert Montañés, desplegando un juego magistral desde el fondo de la pista, consiguió doblegar a Schwartzman y avanzar a los cuartos de final en Austria. El gran juego de montañés, y su estado de forma, invitan a pensar que el español puede ser una de las sorpresas sobre la arcilla austriaca. El próximo rival está por conocer y saldrá del enfrentamiento entre Dominic Thiem (primer cabeza de serie del torneo) y Andreas Haider-Maurer.