En un abrir y cerrar de ojos. Así es como transcurrido la temporada tenística, cargada de emociones, triunfos, derrotas, alegrías y tristeza. Llega la hora de cerrar el telón de la temporada 2016, pero no sin antes reunir a las mejores ocho tenistas de la temporada en un torneo que las coronará como maestras del tenis mundial. Singapur acogerá otro año más el final de temporada bajo el manto oscuro de la noche singapureña alumbrada con un juego de luces que hacen de dicho evento un auténtico espectaculo

Hasta la fecha hay 7 clasificadas y el octavo puesto, todavía sin dirimir, está actualmente ocupado por Johanna Konta. En caso de que la británica alcanzase las finales de la WTA, habría cuatro debuts en Singapur: Dominika Cibulkova, Madison Keys, la propia Konta y Karolina Pliskova. La jugadora checa de 24 años y actual número 6 del mundo ha firmado una temporada irregular con malos resultados en los torneos grandes, pero una espectacular gira americana de verano le ha catapultado al top ten y le permitido consolidar su posición para estar la próxima semana entre las ocho mejores raquetas femeninas del año. 

La discreción como principal arma

Pliskova es una jugadora estilizada y espigada que dispone de una amalgama de golpes duros y planos. El saque y la derecha son sus principales armas tenísticas que le han llevado a situarse entre las mejores pegadoras y sacadoras del circuito. Así, las pistas rápidas y la hierba han sacado todo el potencial de la gran perla del tenis femenino checo. Pero más allá de sus virtudes tenísticas, está la discreción y el trabajo. Sin hacer ruido Pliskova ha cosechado este año dos títulos WTA (Nottingham y Cincinnati), además de su primera final de Grand Slam en el US Open. En ese aspecto, solo se ve superada por Halep, Radwanska y Kerber con tres títulos cada una. 

El trabajo es otra de las bases de esta tenista. La temporada pasada estuvo rozando el top ten, y ese ha sido el gran objetivo de esta temporada. Para ello, Pliskova se ha visto obligada a hacer una serie de cambios en su juego, o al menos a introducir mejoras en algunas áreas del mismo. El juego de piernas ha sido una de las claves de la explosión final de la checa. Ella y su entrenador, Jiri Vanek, han hecho mucho hincapié a lo largo de la temporada en este aspecto y ahora se ve a una jugadora más combativa y dispuesta a defenderse desde el fondo de la pista. El revés de Pliskova ha mejorado considerablemente, gracias en gran medida a la mejora del juego de piernas que le hace plantarse mejor detrás de la bola y solar esos "planazos" a los que nos tiene acostumbrados

Karolina Pliskova con su entrenador Jiri Vasek | Foto: tyden.cz

Fruto de este proceso de cambio quizás no se ha podido ver a una Pliskova regular durante la temporada. El comienzo de año no era nada alentador, ya que se despidió a la primeras de cambio en muchos torneos que sorprendentemente favorecen el juego agresivo de la checa. La gira oceánica y americana se saldó con una sórdida tercera ronda en el Open de Australia, una primera ronda en Miami y con las únicas alegrías de unas semifinales en Indian Wells y su invatibilidad en la Fed Cup. La dinámica negativo no se revirtió en la temporada de tierra batida que culminó con una decepcionante primera ronda en Roland Garros. En la hierba de Nottingham llegó su primer título del año, pero volvió a estrellarse en Wimbledon donde solo pudo ganar un partido. 

Cualquier cambio en cualquier área, ya sea física o mental, es complicado que reciba resultados a corto plazo. Existen excepciones como el abrumador regreso de Nadal en 2013 tras un largo periodo de lesiones. Pero lo normal es lo que le pasaba a Pliskova: las ganas y la clase no sirven para ganar torneos, se necesita estar al 100% para poder competir con garantías. Se trata de un momento de asunción y espera de oportunidades. Y así fue la gira americana para Pliskova, una oportunidad que no desaprovechó. 

Gira americana de ensueño

El parón veraniego sienta bien a algunos jugadores y a otros no. A Karolina Pliskova fue lo mejor que le pudo pasar esta temporada. Renunció a disputar los Juego Olímpicos de Río de Janeiro por la amenzada del Zika y decidió descansar y prepararse para un final de temporada muy favorable dadas su aptitudes tenísticas, con torneos únicamente de pista dura e indoors

Montreal fue el primer examen para plasmar los cambios que había estado trabajando mucho tiempo, pero de nuevo su esfuerzo fue en vano. Simona Halep, ganadora de Montreal, aplastó con un contundente doble 6-3 a una Pliskova impotente al no poder demostrar su potencial al completo. Sin embargo, tanto esfuerzo, entrenamiento y lucha no podían quedarse sin recompensa. Cincinnati vivió una tiranía durante una semana de una jugadora totalmente centrada y exhibiendo un tenis agresivo e incontestable. Pliskova cerró un torneo memorable, deshaciéndose de top ten como Kuznetsova en cuartos, Muguruza en semis y Kerber en la final. 

Tras la solvente victoria en Cincinnati, Pliskova se plantaba como décima cabeza de serie en el US Open, el último Grand Slam de la temporada y su principal asignatura pendiente. Por aquel entoces, su mejor resultado en los majors fueron las dos terceras rondas en el Open de Australia de los años 2015 y 2016. Comenzó el torneo de la misma manera que acabó en Cincinnati, golpeando a la bola con crueldad, dominando los partidos y sacando a relucir su mejor versión hasta nunca vista.

Sus primeros tres partidos los resolvió con contundencia y poco desgaste, pero en los octavos de final le esperaba la primera prueba de fuego del torneo ante Venus Williams, a la que doblegó en un partido que se resolvió en el tie break del último set. Pero si hay una victoria que Pliskova recordará toda su vida, será la cosechada ante Serena Williams en semifinales ante el público americano de la Arthur Ashe. Un partido con muchos aspectos en juego: si Serena ganaba, conservaría el número uno del mundo; y si Pliskova salía vencedora, sería la primera tenista de nacionalidad checa en alcanzar la final del US Open. 

Pliskova celebrando su pase a la final del US Open | Foto: The Indian Express

La jugadora checa cumplió el sueño de derrotar a la entonces número uno del mundo y disputar su primera final de Grand Slam. No pudo culminar su brillante actuación en Flushing Meadows y sucumbió ante la gran revelación de la temporada y actual número uno, Angelique Kerber. Sin embargo, esa victoria no empañó el gran torneo y la gran gira de la checa, que además de los trofeos ascendió al número 6 de la clasificación mundial, posición que aún ocupa. 

WTA Finals de Singapur, un recompensa al trabajo

Sexta del mundo y en disposición de clasificarse para el torneo de maestras de Singapur. Una auténtica sorpresa después de analizar el año de la tenista checa. Su puesto número 6 en la clasificación mundial no le aseguraban un puesto en Singapur, por lo que debía cosechar buenos resultados en la gira asiática, pero de nuevo volvió a cosechar resultado mediocres. No obstante, la inoportuna derrota de Dominika Cibulkova en el torneo de Pekín, permitió a Pliskova y Radwanska clasificarse matemáticamente para el torneo de maestras. 

El trabajo la llevó a ganar su primer torneo importante, a alcanzar su primera final de Grand Slam, a conseguir su mejor ranking y ahora a  enfrentarse por primera vez a las ocho mejores raquetas en el colofón final de la temporada WTA. 

Será su debut en el torneo de maestras, en el que Agniezska Radwanska defenderá el título y Angelique Kerber se erige como la gran favorita al título. Son grandes nombres los que estarán en Singapur, pero Pliskova ha demostrado estar al nivel para poder ganar a cualquiera. Además, Pliskova buscará recoger el testigo de sus compatriotas Petra Kvitova y Jana Novotná, últimas dos jugadoras checas en covertirse en maestras

Pliskova ha sido emplazada en el grupo blanco junto con Radwanska, Muguruza y la jugadora que falta por clasificarse. Con la polaca tiene un balance negativo porque solo cuenta sus partidos por derrotas, mientras que con la hispanovenezolana cuenta con tres victorias por una derrota.