Anderson le puso fin a un vínculo de cuatro temporadas. No fue por malos resultados ni tampoco por una mala relación, simplemente la razón fue porque ambos pretenden ir en busca de nuevos objetivos. "Ha sido un viaje intenso y magnífico, juntos hemos emprendido un viaje difícil y siempre le estaré agradecido por todo lo que ha hecho por mí. Seguimos siendo grandes amigos. Hemos llegado a grandes objetivos juntos, como un top ten y una final de Grand Slam. Realmente espero que gane el premio al mejor entrenador del año porque realmente se lo merece", anunció el tenista.

Godwin comenzó como su entrenador en 2014 cuando el tenista se ubicaba fuera del top 20. Sin dudas su colaboración fue un gran éxito ya que durante ese lapso Anderson se mantuvo en la élite,  regular y siempre complicado de enfrentar, además de instalarse dentro de los diez mejores. Por otro lado bajo su dirección logró coronarse campeón en 2015 en Winstom-Salem (ATP 250) y acceder a seis finales ATP, entre las más destacadas en Queens 2015 y US Open 2017.

Anderson contactó con Godwin en diciembre del 2013 con objetivos claros: mejorar los movimientos, la volea y el primer golpe posterior a su gran servicio. El entrenamiento dio sus frutos y el sudafricano se convirtió en un jugador, que si se encontraba en un gran día, era difícil de vencer. El británico Andy Murray, el suizo Stanislas Wawrinka y el japonés Kei Nishikori lo sufrieron en carne propia cuando cayeron derrotados ante quien es apodado como el "Hurracane". El 2018 será una gran prueba para el tenista de 31 años que intentará nuevamente permanecer dentro de las veinte mejores raquetas del mundo y, por qué no, dar alguna que otra sorpresa a los tenistas que tenga por delante en el ránking ATP.