Roger Federer hace del tenis una obra maestra. Cualquier récord o meta parece alcanzable cuando se trata de este suizo que día a día enaltece su figura y se encarga de disminuir y restarle importancia a los logros que han conseguido las demás leyendas del deporte. En la jornada nocturna del Másters 1000 de Indian Wells, Federer jugó el tenis que el rival y la circunstancia ameritaban para derrotar a Hyeon Chung por 7-5 y 6-1 y, tras meterse dentro de los cuatro mejores del torneo, ratificar su condición de número uno del ranking ATP.
Roger volvió a ganar y lo hizo con creces de un verdadero campeón. Pero como ganar se ha transformado en una rutina para él, esta situación no es lo que llamó la atención en esta velada de cuartos de final. Roger Federer nos mal acostumbró. Nos hizo convencernos que ganar -ante el rival que fuese- es una simple tontera y a sus 36 años se sigue burlando y desafiando a la lógica. Con el reciente triunfo ante el joven coreano (una gran promesa del deporte), “Su Majestad” dio nuevamente qué hablar al lograr igualar el récord de 16 triunfos consecutivos a comienzo de temporada, una meta que él mismo estableció doce años atrás.
El compromiso fue albergado por una multitud de espectadores que se acercaron al estadio central de Indian Wells para disfrutar de un tenis de alta gama entre dos jugadores tan distintos como brillantes. Federer cambió la insuficiente imagen que había plasmado en sus dos choques previos ante Federico Delbonis y Jeremy Chardy y se ajustó a los requisitos que el partido exigía para continuar a paso firme en el torneo californiano. Una hora y veintidós minutos fueron los que necesitó Roger para volver a eliminar a Chung, repitiendo lo ocurrido en Melbourne en el primer Grand Slam de la temporada.
El choque de generaciones tuvo como vencedor (una vez más) al “Genio de Basilea”. Y esta vez, como en muchas otras ocasiones, el saque fue un inmenso aliado que le permitió salir a flote en momentos que sus intermitencias aparecieron y que podrían haber cambiado el desenlace del juego. En el primer parcial, Chung demoró en meterse en partido y debió remar con un quiebre en contra tras su primer turno de servicio. Si bien esta desventaja fue corregida a tiempo, Roger Federer mantuvo la calma y el buen tenis para volver a adueñarse del saque del coreano cuando éste buscaba forzar el tiebreak.
Roger convirtió 32 winners y 24 errores no forzados.
A esta altura, el partido ya cumplía con las expectativas que giraban por detrás de este encuentro y ambos hacían delirar al público con puntos sensacionales. El momento más decisivo y emotivo sucedió en el primer juego del segundo parcial, cuando el suizo después de rescatar cuatro oportunidades de quiebre, tomó ventaja de 3-0 y arruinó las esperanzas del coreano que lo sufrió más de lo deseado y no pudo volver al partido.
Las oportunidades no aprovechadas por Chung hicieron que Federer imponga todo su repertorio y se floree jugando puntos espectaculares y despachando al talentoso coreano por 6-1. Roger avanzó a la semifinal del torneo que supo conquistar en cinco ocasiones y, con la tranquilidad de haber asegurado su permanencia en lo más alto del ranking mundial, deberá vencer a Borna Coric para depositarse en una nueva final.