Todo estaba listo para la coronación de los 24 Grand Slams de Serena Williams, para ser la segunda mujer en alcanzar esa cifra junto con Margaret Court. En el camino a la pista, Serena Williams, salió con una confianza inmensa de derrotar a la alemana Angelique Kerber. Serena Williams y Kerber ya se habían visto en dos ocasiones anteriores, en estas mismas instancias (finales de Grand Slam), donde cada una de ellas había conquistado una de esas finales. 

Kerber ganaría el sorteo, era un presagio de lo que pasaría. Kerber eligió que Williams iniciara al servicio. Williams empezaría a servir por el título de Grand Slam número 24, pero de pronto se encontró al muro de Bremen, que le propinó el primer quiebre del partido en 40-30. Kerber con una frialdad implacable serviría y sostendría su servicio en 40-15, para adelantarse en el primer parcial dos juegos por cero. Era muy temprano aún, y quedaba mucho partido por delante.

En el cuarto juego del partido, después de sostener su servicio Williams empezó a mostrar su arsenal y de seguido quebró el servicio de Kerber en 40-0 para ponerse dos juegos iguales. Kerber no perdió la calma, ni tampoco su servicio nunca más en el partido. El séptimo juego, con las pelotas nuevas, estaba listo para abrir un nuevo capítulo en la historia de Wimbledon. Williams al servicio, vería de forma increíble como su servicio se quebraba una vez más, a manos de una decidida Kerber.

Kerber en el séptimo juego, quebraría el servicio de Williams, en 40-30 cuando Williams la mandaba larga. Kerber tenía a Williams contra la pared, cuatro juegos a tres, dos quiebres, sirviendo por la ventaja. Kerber no titubeó en su servicio y de forma increíble sobreviviría el segundo servicio de Williams, para ponerse adelante cinco juegos a tres. En 27 minutos, Serena serviría para continuar con vida en el primer parcial. Kerber quebraría y ganaría el primer parcial (6-3).

El segundo parcial, encendería las alarmas en SW19. Kerber al servicio sólida, sin titubear. Williams lucía confundida, como tratando de descifrar como atravesar ese muro que le devolvía todo. Ambas jugadoras sostendrían su servicio hasta el quinto juego, y todos los presentes solo esperaban el momento en el que Williams quebraba el servicio de Kerber para obligar a un tercer parcial. Pero ese momento nunca llegaría.

Kerber en el séptimo juego, desataría su letal izquierda, para quebrar el servicio de Williams, y ponerse adelante cuatro juegos a dos. Kerber al servicio, sostenía en 40-15 y la ventaja en una hora nada más, era de cinco juegos a dos a favor de Kerber. Williams, ya no lucía tan segura, y en una hora, desató su servicio de campeona de Grand Slam, para sostenerlo por primera y última vez en el partido en 40-0. Kerber lideraba cinco juegos a tres.

En una hora y cinco minutos, Kerber serviría por el gran sueño de su vida, ese mismo que expresó en un canal alemán con tan solo 15 años. Kerber cerró los ojos, pero su servicio encontraría oportunidades de quiebre en 30-0. Kerber, firme en el servicio, sin titubear, logró salvar los puntos de quiebre y ponerse 40-30, para tener el primer punto de partido. Kerber serviría de nuevo, Williams, la dejaba en la red, Kerber se arrodilló y cayó en la hierba, con sus manos en su cara llena de lágrimas. Angelique Kerber es la nueva campeona de Wimbledon.